viernes, 18 de diciembre de 2015

339 COSAS REALES, CIERTAS O INCIERTAS



COSAS REALES, CIERTAS O INCIERTAS


¿De qué hablamos hoy?

Pues hace mucho que no hablo de mis andanzas, pero...


¿A quien le puede interesar mi vida?


Lo que yo haga, lo que diga o lo que escriba a nadie le incumbe, o como mucho solo a los de mi familia.


Quizás por eso últimamente no me limito a reflejarlo en estas páginas, páginas sin importancia alguna y que los pocos que me leen no los conozco siquiera a como mucho o poco solo a un 50% y porque los tengo ubicados en algún lugar geográfico.


Otros la verdad es que no sé como me pueden encontrar, supongo que será debido a que hay verdaderos artistas o gente curiosa, que saben acceder a estos medios y se molestan en leer las chorradas que escribo.


Otros se molestan en enviarme correos a los que no suelo contestar, interesándose en publicar lo que edito, pero lo siento por ellos porque no estoy por la labor y tampoco quiero que trascienda más de lo que es el ambiente familiar o como mucho de amistad.


La fama no es buena y el darse a conocer menos, por tanto prefiero seguir siendo un perfecto desconocido o uno más de todos esos seres que pueblan este planeta, lo que yo hago, lo puede hacer cualquiera, pues no hace falta ser un cerebrito.


Hoy ha sido uno de esos días que hemos tenido comida de fin de año con los antiguos compañeros de trabajo jubilados o prejubilados acompañados de sus respectivas, muchos de ellos perfectamente casados y otros como yo, divorciados, separados viudos o juntados.


Yo tuve la suerte de estar en la mesa de estos últimos, aunque había un par de infiltrados porque no encontraron sitio con los perfectamente casados y no les quedó más remedio.


Después del menú, de los cafés y de los chupitos, hubo baile, hora a la que yo decidí abandonar el salón o comedor porque no me siento hombre peonza y bailar al son que me toquen, por tanto me despedí de mis compañer@s de mesa, deseándoles una feliz Navidad y el haber podido compartir con ell@s ese rato agradable que hemos pasado.


Una buena excusa es el mejor momento para abandonar, antes de que el vino o los chupitos comiencen a hacer su efecto (aunque yo no lo tomé).


Me siento mejor escribiendo estas chorradas que con una copa demás encima o bailando como una peonza a la que le hubieran dado cuerda.


Si de bailar se trata, baila encima de alguna que merezca la pena y métele aunque nada más sea la puntita, porque dicen que el resto es para empujar.


Hoy ha tocado hablar de esto, mañana, pasado o al otro, hablaremos del gobierno, aunque en la comida me he encontrado con dos o tres Carmenas, peinadas a su estilo, con ese pelo estropajado, enjutas, secas y mandonas, será porque quieren imitarla o porque se sientan alcaldesas.


El otro día que estuve en Madrid y de allí no fuí al cielo, sino que regresé otra vez a mi paraíso terrenal en Salamanca, lugar donde resido y me encuentro tan a gusto, me sorprendíó, no encontrar mendigos, pidepelas o pideeuros por el centro de Madrid.


Dicen que la señora alcaldesa ha dado orden de retirarlos del centro y que los ha mandado a otros barrios como el de Chueca, Cuatro Caminos el Rastro u otros para que no molesten a los turistas.


Solo ha dejado a los bohemios, las cabras locas, músicos o esos otros que tienen algún espectáculo que ofrecer al público.

Lo que otros no han sido capaz de hacer durante años, lo ha conseguido una alcaldesa de izquierdas


¿Ver para creer?

Como siempre, no puedo asegurar nada, porque carezco de pruebas para poder demostrarlo.


Desde mi séptimo cielo, un día más sed felices y disfrutad, porque como decía un compañero que tuve, “de esta vida sacarás lo que metas y no más”.

 
Managuper.










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