COSAS REALES, CIERTAS O INCIERTAS
¿De qué hablamos hoy?
Pues hace mucho que no
hablo de mis andanzas, pero...
¿A quien le puede
interesar mi vida?
Lo que yo haga, lo que
diga o lo que escriba a nadie le incumbe, o como mucho solo a los de
mi familia.
Quizás por eso
últimamente no me limito a reflejarlo en estas páginas, páginas
sin importancia alguna y que los pocos que me leen no los conozco
siquiera a como mucho o poco solo a un 50% y porque los tengo
ubicados en algún lugar geográfico.
Otros la verdad es que no
sé como me pueden encontrar, supongo que será debido a que hay
verdaderos artistas o gente curiosa, que saben acceder a estos
medios y se molestan en leer las chorradas que escribo.
Otros se molestan en
enviarme correos a los que no suelo contestar, interesándose en
publicar lo que edito, pero lo siento por ellos porque no estoy por
la labor y tampoco quiero que trascienda más de lo que es el
ambiente familiar o como mucho de amistad.
La fama no es buena y el
darse a conocer menos, por tanto prefiero seguir siendo un perfecto
desconocido o uno más de todos esos seres que pueblan este planeta,
lo que yo hago, lo puede hacer cualquiera, pues no hace falta ser un
cerebrito.
Hoy ha sido uno de esos
días que hemos tenido comida de fin de año con los antiguos
compañeros de trabajo jubilados o prejubilados acompañados de sus
respectivas, muchos de ellos perfectamente casados y otros como yo,
divorciados, separados viudos o juntados.
Yo tuve la suerte de
estar en la mesa de estos últimos, aunque había un par de
infiltrados porque no encontraron sitio con los perfectamente casados
y no les quedó más remedio.
Después del menú, de
los cafés y de los chupitos, hubo baile, hora a la que yo decidí
abandonar el salón o comedor porque no me siento hombre peonza y
bailar al son que me toquen, por tanto me despedí de mis compañer@s
de mesa, deseándoles una feliz Navidad y el haber podido compartir
con ell@s ese rato agradable que hemos
pasado.
Una buena excusa es el
mejor momento para abandonar, antes de que el vino o los chupitos
comiencen a hacer su efecto (aunque yo no lo tomé).
Me siento mejor
escribiendo estas chorradas que con una copa demás encima o bailando
como una peonza a la que le hubieran dado cuerda.
Si de bailar se trata,
baila encima de alguna que merezca la pena y métele aunque nada más
sea la puntita, porque dicen que el resto es para empujar.
Hoy ha tocado hablar de
esto, mañana, pasado o al otro, hablaremos del gobierno, aunque en
la comida me he encontrado con dos o tres Carmenas, peinadas a su
estilo, con ese pelo estropajado, enjutas, secas y mandonas, será
porque quieren imitarla o porque se sientan alcaldesas.
El otro día que estuve
en Madrid y de allí no fuí al cielo, sino que regresé otra vez a
mi paraíso terrenal en Salamanca, lugar donde resido y me encuentro
tan a gusto, me sorprendíó, no encontrar mendigos, pidepelas o
pideeuros por el centro de Madrid.
Dicen que la señora
alcaldesa ha dado orden de retirarlos del centro y que los ha mandado
a otros barrios como el de Chueca, Cuatro Caminos el Rastro u otros
para que no molesten a los turistas.
Solo ha dejado a los
bohemios, las cabras locas, músicos o esos otros que tienen algún
espectáculo que ofrecer al público.
Lo que otros no han sido
capaz de hacer durante años, lo ha conseguido una alcaldesa de
izquierdas
¿Ver para creer?
Como siempre, no puedo asegurar nada, porque carezco de pruebas para poder demostrarlo.
Como siempre, no puedo asegurar nada, porque carezco de pruebas para poder demostrarlo.
Desde mi séptimo cielo,
un día más sed felices y disfrutad, porque como decía un compañero
que tuve, “de esta vida sacarás lo que metas y no más”.
Managuper.
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