COSAS DE UN DÍA COMO HOY
Hoy he tenido que ir a
hacer un pago a una entidad bancaria, pago que no tengo domiciliado,
porque no es habitual, constante, periódico, anual, semestral,
trimestral o mensual y porque aunque quisiera domiciliarlo, quizás
no podría hacerlo, ya que es algo voluntario, libre, que si quieres
vas, te apuntas libremente y lo pagas si quieres participar, algo tan
simple como ir de marcha, apuntarte a una excursión, o ir a
presenciar una obra de teatro a una ciudad determinada.
Bien pues para poder
efectuar dicho pago en una entidad en la que he prestado mis
servicios durante casi cuarenta años, donde lo más importante era
atender al cliente en el menor tiempo posible, con amabilidad, con
una sonrisa y sin hacerle perder tiempo, he tenido que estar
esperando algo más de tres cuartos de hora, solo había delante de
mí tres personas, más otras dos a las que estaban atendiendo,
porque estaban sentadas ante el operario de turno, eran dos los
operarios que estaban de cara al público, más un tercero que se
incorporó, supongo que después de haberse tomado el café.
No quiero decir que el
servicio sea malo, porque podría ser bastante peor, imaginaros que
de los tres operarios que estaban atendiendo al público, los dejaran
reducidos a dos o uno solo, el tiempo de espera se podría duplicar
o triplicar, quiero decir que el tiempo de espera, en lugar de haber
sido de tres cuartos de hora como fue, se podría haber convertido en
una hora y treinta minutos con dos operarios y de dos horas y quince
minutos con un solo operario.
El limite de tiempo no
existe, quiero decir que te puedes estar con un cliente el tiempo que
necesites, que le puedes contar toda tu vida, que él también te
puede contar la suya y la de toda su familia, o que le puedes ofrecer
toda una gama de productos que tengas para venderle, aunque no tengas
interés en comprarle ninguno.
Pero esto no solo ocurre
en las entidades bancarias, ocurre lo mismo en los organismos
oficiales, corporaciones locales, ayuntamientos, diputación, centros
médicos, de salud u organismos oficiales, o de la índole que sean.
Puede que no te hagan
recorrer muchas ventanillas, porque el operario que se encuentre al
frente tenga que ser el capacitado para resolverte el problema, esto
solo son problemas que crea esa ventanilla única, donde el que se
encuentre al frente tiene que estar capacitado para resolvértelo
todo, aunque no esté lo suficientemente preparado o tenga que
preguntar como hacerlo.
Pero esto es lo que
tenemos, los servicios que se nos prestan aunque nos cuesten lo que
nos cuesten, posiblemente estén pensados para que las personas que
se encuentren al frente de ellos, no padezcan estres, les de un
infarto, padezcan de nerviosismo o cualquier otra enfermedad que les
pueda ocasionar el puesto de trabajo que desarrollan.
Aunque pueden llegar a
padecer de pasotismo, ineficacia, desinterés o aburrimiento.
Claro que lo que quieren
la mayoría de estas empresas, es que el trabajo, te lo hagas tú
mismo, bien sea a través de internet, de la banca electrónica o del
teléfono móvil.
Por lo tanto los que nos
encontremos un poco desfasados en estas facetas o no sepamos bien
como manejarlas, o no queramos aprender a hacerlo, nos vemos
relegados a una desesperanza, a una desesperación, o a armarte de la
paciencia suficiente y esperar hasta casi desesperar, pero sin perder
nunca la paciencia.
Esto son de esas cosas
que nos ha traído la dedocracia, el socialismo o esos que se
pusieron a gobernar un país sin tener conocimiento de como hacerlo,
y que pensaron que lo mejor era darle la vuelta a todo lo que estaba
bien hecho y ponerlo todo boca abajo, que se cargaron un montón de
derechos, donde la justicia se convirtió en injusticia y donde nadie
es responsable de nada y los animales tienen muchos más derechos
que los seres humanos.
País donde la
inteligencia brilla por su ausencia, porque se ha premiado más la
brutalidad, los vicios, las drogas, las mafias o el empleo precario
y la inseguridad antes que el bienestar de la sociedad, el empleo
estable, los buenos servicios o la creación de nuevas empresas para
que esos que deberían ser nuestro futuro, no se vean obligados a
tener que emigrar.
Desde mi séptimo cielo,
hasta una próxima.
Managuper.
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