viernes, 3 de enero de 2014

228 CARTA A MI HIJO

228 Carta a mi hijo

El título me recuerda a un libro de política, que me tocó estudiar en mis años jóvenes, que se titulaba así solo que en plural, porque había varias de ellas, de las que no recuerdo casi nada, solo una de ellas que hablaba de que había que ser solidario con los demás y poco más, con este libro me oc urrió casi lo mismo que con el Quijote, el cual he empezado a leer un montón de veces  que no sé si algún día lo daré por concluido o terminado, espero que ahora que dispongo de más tiempo libre para poder leerlo, pueda llegar al the end.

Que me perdone Cervantes, el cual lo escribiría con la mejor intención. Pero es que hay momentos que me acabo aburriendo y no soy capaz de continuar.

Siempre me han gustado los libros resumidos o que tengan extractada la esencia de lo que quieran trasmitir, por esos los grandes tochos, me acaban cansando, aunque uno de mis escritores favoritos como es Ken Follett, se dedica a llenar páginas y páginas y hace tochos de mil páginas o más.

Pero es que es muy difícil mantener al lector expectante durante tantas horas de lectura, por tanto mi consejo es que los reduzcáis a la mitad más o menos, que ya considero excesiva, porque en doscientas o trescientas páginas se puede hacer un buen relato, sin necesidad de meter tanta paja.

Pero me estoy desviando del relato que quiero hacer hoy y casi me estoy marchando por los cerros de Úbeda.

Así que voy a centrarme en el tema del quiero hablar y dejaré aparcado este otro que nada tiene que ver con lo que quiero relatar.

¿Un hij@ se tiene por que se quiere o se desea? O ¿Es producto de una relación más o menos amorosa?

Pienso que en la mayoría de los casos es por la primera de mis preguntas, cuando algo se desea vehementemente, el fruto suele dar su producto.

Hay otros casos en los que también los da y suelen llegar de una forma inesperada, bien porque no se han tomado las medidas oportunas, porque se ha producido un fallo o por cualquier otra circunstancia.

O sencillamente porque sean por obra y gracia del Espíritu Santo, o de ese Espíritu que cada uno llevamos dentro.

Creo sencillamente que mi caso no es éste, por tanto tengo que decir, que no fuiste producto de una casualidad, de ningún fallo, o de algo inesperado, porque en cada momento fui consciente de lo que estaba haciendo.

Hay escritores o filósofos que dicen que antes de casarse hay que mantener los ojos bien abiertos y que durante el matrimonio hay que mantenerlos medio cerrados, para no ver lo que sucede.

Hay otros que dicen o sostienen que la mujer debe ser primero que los hij@s y que todo lo demás.

Pero me pregunto yo ¿hay algo más bonito que tener un hij@?, al que tu has dado vida, que has creado y al que quieres inculcar unos valores que desarrolle a lo largo de su vida en este planeta.

Puede que la mujer sea importante y sus labores, a lo mejor nos las valoramos en su justa medida.


Pero ¿no es más importante en la vida un hij@ al que tu has dado vida o has creado? Que una mujer a la cual has encontrado en la calle, o que has conocido a través de otras muchas circunstancias, a la que conviertes en esa madre de ell@s.

Porque el amor puede ser algo pasajero o duradero, durante unos pocos años, pero los hij@s a mi modesto modo de entender son algo más.

Yo no soy docto en esta materia, porque mis estudios son mínimos y mis conocimientos son más bien escasos.

Solo son ideas que aparecen hoy en mi mente y    que como tal plasmo en estas hojas en blanco que emborrono con estas letras.

Desde mi séptimo cielo, hasta una próxima, que puede ser mañana.

Managuper.




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