¿ESTAMOS SEGUROS?
Con tantas amenazas que nos acechan por todos los costados y con tanta
mezcla de personal que se está produciendo.
¿Que seguridad tenemos?
Estoy convencido de que ninguna, porque en el día de hoy el mundo está
abierto a cualquier tipo de amenaza que pueda sobrevenir, como está abierto a
todo tipo de comercio, de deporte o de turismo.
Con lo cual quiero decir que por mucho que se prevenga, por muchos
controles que haya, las redes para esos que quieran hacer daño, ya sean
islamistas, yihadistas, coránicas, musulmanas, afganas, judaicas, irakíes, iraníes
o de la índole que sean, las deben tener extendidas casi por todos los países
del mundo.
Y si no son las amenazas terroristas, son las enfermedades, porque los
alimentos, se transportan de un lado a otro de los diversos continentes y los
virus pueden viajar a través de ellos, con la misma facilidad que lo puede
transportar un viajero que se dedique a hacer turismo.
Con la cantidad de africanos que se acercan a nuestras costas cada día,
cualquiera de ellos puede ser portador de esa enfermedad conocida como ébola.
¿Qué control se hace a esas personas que saltan la valla cada día o que
cruzan en pateras por donde buenamente pueden?
Ninguno.
Esto es así de sencillo y hay que reconocerlo.
Se les acoge, se les da la bienvenida, se los expulsa, o se los integra
en la sociedad, porque hay que ser humanitarios ante todo.
O se me ocurre pensar:
¿Quien puede impedir que haya un
misil de largo alcance apuntando a un punto estratégico de un lugar determinado
de un país concreto?
Por muchos acuerdos que haya, por muchos pactos de no agresión que se
firmen, por muchas ayudas que se presten, por muchos espías que haya o por
mucha vigilancia espacial, no hay ojos suficientes para todo.
Con esto ocurre lo mismo que con los narcos, los traficantes de armas,
o esos que tienen en mente asesinar a alguien, que como se lo propongan lo
consiguen, unos porque están preparados para ello, otros porque se ven amenazados
y otros porque la necesidad o los vicios les obligan.
Por tanto estamos expuestos a todo lo que quiera sobrevenir, por muchos
controles que haya, por mucha vigilancia, por muchas barreras que se pongan,
porque el enemigo puede estar en casa como se suele decir, unos porque vienen
huyendo de los conflictos y otros porque pueden aprovecharse de esa situación
para expandirse o extenderse.
El peligro existe y las amenazas también, pero es un riesgo que hay que
correr, porque somos humanos y habitantes de este planeta, en el que lo que
debería reinar, sería la paz y la buena armonía.
Que ese que nos ilumina, que es el único que lo ve todo, se apiade de
todos nosotros, porque yo a pesar de vivir en mi séptimo cielo no puedo
hacerlo, porque soy tan humano como todos vosotros.
Managuper.
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