domingo, 1 de febrero de 2015

308 A CADA CERD@ LE LLEGA SU SAN MARTIN


A CADA CERD@ LE LLEGA SU SAN MARTIN

Hará cuestión de quince o dieciséis días que se celebró la festividad de dicho santo en nuestra ciudad, patrono de esos que se dedican a hacer limpieza y a mí aunque sea con esos días de retraso, me ha llegado la festividad del mismo.

Lógicamente me estoy refiriendo a mi ex.

Una persona con quien me casé por intentar ayudarla o sacarla de la miseria donde estaba sumida.

Me pidió compartir con ella todo lo que tenía, que era bastante, aunque ella no tenía nada, así lo hice y el pago recibido durante esos veinte años de matrimonio, solo se convirtió en desánimo, desamor, desilusión y desencanto.

A los veinte años, se cansó de mí, me dijo que ya no me quería y se fue a vivir con otro, después de haber llevado una vida cómoda, caprichosa, placentera y prácticamente sin preocupaciones, porque solo hemos tenido un hijo y yo no soy nada exigente.

No se me ha olvidado lo que me dijo mi ex suegra el día que me casé con ella, la cual me dijo lo siguiente: !muy bruta es¡ no sé yo si la vas a poder dominar, a lo que yo sencillamente le contesté: no tengo por qué dominar a tu hija, ya se convencerá por sí misma.

El caso es que no se convenció y después de esos veinte años transcurridos, decidió separarse.

Hemos estado seis años separados, porque mi hijo, se puso de parte de ella o esa parte más débil por así decirlo, ya que no trabajaba ni en el hogar, ni fuera de casa, aunque le di sus oportunidades para que pudiera hacerlo.

Por no dejarlos desamparados, accedí a darles casi todo lo que me pidieron, no poniéndoles ningún impedimento, aunque a mi hijo lo hemos tenido compartido, quiero decir que si estaba con su madre de lunes a viernes al mediodía, el fin de semana, lo pasaba conmigo.

El trato o el acuerdo que teníamos, era el siguiente, de los 2.300 euros que yo percibía, 1.000 eran para mi ex, 300 para mi hijo y otros 1.000 para mí.

Aunque también se me imputaron los gastos de carrera de mi hijo unos 6.000 euros anuales durante cinco años.

Cansado de ser tan bondadoso y magnánimo, el año pasado me enteré que estaba viviendo con otra persona por lo que he decidido divorciarme de ella.

Y hoy por fin, le ha llegado su día, aunque para poder hacerlo la he tenido que indemnizar con unos 12.000 euros, cosa que no me importa porque para mí lo menos importante es el dinero.

Pero por fin y gracias a Dios, voy a poder darle su merecido y devolverla a sus miserias, aunque me haya costado un dineral porque mi hijo decidió hacerme justicia después de separarnos y le dio el 50% del capital que tenía acumulado o ahorrado incluso de antes de casarme con ella.

He tratado de conseguir para mi hijo la tercera parte del capital que había en común, para que recibiera su parte correspondiente, porque entiendo que si un matrimonio es una sociedad los hijos habidos en el matrimonio, deberían formar parte de esa sociedad y más cuando ya han alcanzado la mayoría de edad y si llegado el momento de ruptura, la sociedad se disuelve cada socio debería recibir su parte correspondiente.

No lo he conseguido porque las leyes en este país están mal hechas o mal creadas y solo reconoce el 50% para la esposa y el otro 50% para el marido y a los hijos no los tienen en cuenta para nada.

Pero la justicia o la injusticia en este país están establecidas así y si se disuelve un matrimonio, no se reconocen los derechos que los hijos habidos en el matrimonio deberían tener.

Yo tengo mi conciencia tranquila porque le he dado más o menos esa tercera parte de lo que me ha quedado que entiendo es lo que debe recibir, parte que ha cobrado en efectivo y la otra le ha sido retribuida en esos cinco años de carrera.

Por tanto si alguien le adeuda algo es su madre, que debería haberle dado la tercera parte de lo que se ha llevado, si no se lo da, se lo adeudará toda la vida.

Aunque he tratado de demostrarlo así ante la justicia, esta no ha querido reconocerlo, pero a mi me gusta ser justo.

Después de haber logrado mi divorcio, aunque para ello he tenido que llegar a un mutuo acuerdo con mi ex, porque la justicia lo único que hace es sacar tajada de cualquier conflicto que haya, he logrado recuperar mi libertad y duplicar mi valor al quedar exento de tener que pasar esa pensión alimenticia tanto a mi ex como a mi hijo.

Como no tenía de que acusarme, acabó por acusarme de malos tratos psicológicos, solo porque una vez se me ocurrió decirle que era una inútil, ya que no sabía hacer casi nada y tampoco quiso molestarse en aprenderlo.

Todo en esta vida se paga y espero que mi ex un día reciba su recompensa.

La vida es así de cruel a veces, de la noche a la mañana se puede pasar a ser una verdadera miserable, antes valías 1.000 euros, ahora te has devaluado y ya no vales nada.

Puede que no haya hecho las cosas todo lo bien y deseables que hubiera querido, pero no me gusta que se me acuse de algo que no es cierto y aunque a mi hijo le pueda molestar que publique ciertas cosas de su madre porque posiblemente esté más encariñado con ella que conmigo, lamento decirle que lo siento, pero si quiere aceptarme como padre, tiene que aceptarme como soy y conociendo la verdad.

No tengo odio ni rencor a mi ex, a pesar de lo cochinamente que me trató durante esos veinte años de convivencia, ni tampoco siento celos de esa persona con la que cohabita, por tanto nada tiene que temer, pues solo me es indiferente.

En agradecimiento a ese hijo que compartimos he sido excesivamente generoso con ella aunque no se lo merezca, a partir de ahora solo será un vago recuerdo o una pesadilla que trataré de olvidar lo antes posible porque para mi este nuevo año comienza una nueva vida, sin responsabilidades o cargas familiares de ningún tipo, porque he quedado exento de las mismas, según los documentos que lo acreditan, solo seré responsable de mis actos a partir de ahora.

Desde mi séptimo cielo hasta una próxima.


Managuper.

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