COSAS DE UNA NOCHE DE
INSOMNIO
¿Que se puede hacer
cuando el querer dormir se convierte en una pesadilla y no logras
conciliar el sueño?
Se pueden hacer muchas
cosas, desde ponerse el chandal y las zapatillas y salir a pasear por
una ciudad casi desierta, en la que a estas horas de la madrugada no
encuentras casi a nadie, o por las afueras de ella, donde vas a
encontrarte con bastantes menos o con nadie.
Son las ventajas de vivir
en una ciudad pequeña, que la puedes patear de arriba abajo de
izquierda a derecha, de norte a sur o de este a oeste, mientras la
mayoría del resto de los humanos duerme apaciblemente.
Desde la panorámica de
mi casa que es bastante amplia, miro por la ventana para ver cuantos
vecinos de mi barriada se encuentran despiertos a estas horas uno o
dos a lo sumo, que lo mismo le pasa que tampoco pueden dormir, que
acaban de llegar o se están levantando para ir al trabajo.
Para que nadie sepa que
estoy despierto, me vuelvo ave nocturna y con la poca claridad que
entra por las ventanas me defiendo para desplazarme sin necesidad de
tener que encender las luces.
Hay gente muy curiosa que
si te ven con la luz dada quieren saber lo que estás haciendo a
esas horas y para evitar todo esto, lo mejor que se puede hacer es
tratar de pasar desapercibido.
Claro que si no te vas de
paseo, también puedes hacer esto que estoy haciendo yo ahora, llenar
de letras este folio que me encuentro totalmente en blanco.
Los más madrugadores
suelen ser los barrenderos, pues a la 6,30 AM ya están en la plaza
con sus carritos y raspando con sus cepillos sobre las losetas o
adoquines de la misma, aunque tengo una vecina de piso que madruga
más que ellos, a quien siento levantar una hora antes que a estos
por el resplandor que me llega desde la luz de uno de sus cuartos de
baño, a quien siento coger el ascensor y en algunas ocasiones he
coincidido con ella en el rellano de la escalera o en el portal al
venir de paseo.
También me suelo
encontrar a alguno que a esas horas suelen bajar al perro a hacer sus
necesidades o a pasearle, a medida que la mañana va avanzando, la
ciudad empieza poco a poco a despertarse o desperezarse.
Aunque ha decir verdad
hay muy pocos madrugadores, ya que no somos una ciudad industrial
donde haya fábricas, que trabajen por turnos ni cosas por el estilo,
pues vivimos solo del comercio de las hostelería, de los
universitarios y un poco del turismo.
Quizás seamos mas
trasnochadores, pero como ahora no se puede meter escándalo a partir
de ciertas horas, la ciudad queda silenciosa y en calma a partir de
las horas prefijadas.
Los más madrugadores
suelen ser los pájaros que a medida que el día empieza a clarear o
se apagan las luces nocturnas, nos alegran con sus cantos o sus
trinos o dan la bienvenida al nuevo día.
Desde mi séptimo cielo o
de una noche más de insomnio como otras muchas, un cordial saludo.
Managuper.
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