jueves, 7 de mayo de 2015

318 COSAS DE UNA NOCHE DE INSOMNIO


COSAS DE UNA NOCHE DE INSOMNIO

¿Que se puede hacer cuando el querer dormir se convierte en una pesadilla y no logras conciliar el sueño?

Se pueden hacer muchas cosas, desde ponerse el chandal y las zapatillas y salir a pasear por una ciudad casi desierta, en la que a estas horas de la madrugada no encuentras casi a nadie, o por las afueras de ella, donde vas a encontrarte con bastantes menos o con nadie.

Son las ventajas de vivir en una ciudad pequeña, que la puedes patear de arriba abajo de izquierda a derecha, de norte a sur o de este a oeste, mientras la mayoría del resto de los humanos duerme apaciblemente.

Desde la panorámica de mi casa que es bastante amplia, miro por la ventana para ver cuantos vecinos de mi barriada se encuentran despiertos a estas horas uno o dos a lo sumo, que lo mismo le pasa que tampoco pueden dormir, que acaban de llegar o se están levantando para ir al trabajo.

Para que nadie sepa que estoy despierto, me vuelvo ave nocturna y con la poca claridad que entra por las ventanas me defiendo para desplazarme sin necesidad de tener que encender las luces.

Hay gente muy curiosa que si te ven con la luz dada quieren saber lo que estás haciendo a esas horas y para evitar todo esto, lo mejor que se puede hacer es tratar de pasar desapercibido.

Claro que si no te vas de paseo, también puedes hacer esto que estoy haciendo yo ahora, llenar de letras este folio que me encuentro totalmente en blanco.

Los más madrugadores suelen ser los barrenderos, pues a la 6,30 AM ya están en la plaza con sus carritos y raspando con sus cepillos sobre las losetas o adoquines de la misma, aunque tengo una vecina de piso que madruga más que ellos, a quien siento levantar una hora antes que a estos por el resplandor que me llega desde la luz de uno de sus cuartos de baño, a quien siento coger el ascensor y en algunas ocasiones he coincidido con ella en el rellano de la escalera o en el portal al venir de paseo.

También me suelo encontrar a alguno que a esas horas suelen bajar al perro a hacer sus necesidades o a pasearle, a medida que la mañana va avanzando, la ciudad empieza poco a poco a despertarse o desperezarse.

Aunque ha decir verdad hay muy pocos madrugadores, ya que no somos una ciudad industrial donde haya fábricas, que trabajen por turnos ni cosas por el estilo, pues vivimos solo del comercio de las hostelería, de los universitarios y un poco del turismo.

Quizás seamos mas trasnochadores, pero como ahora no se puede meter escándalo a partir de ciertas horas, la ciudad queda silenciosa y en calma a partir de las horas prefijadas.

Los más madrugadores suelen ser los pájaros que a medida que el día empieza a clarear o se apagan las luces nocturnas, nos alegran con sus cantos o sus trinos o dan la bienvenida al nuevo día.

Desde mi séptimo cielo o de una noche más de insomnio como otras muchas, un cordial saludo.

Managuper.


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