sábado, 17 de septiembre de 2016

374 COSAS DE UN FIN DE VERANO

COSAS DE UN FIN DE VERANO

Sé que más de cuatro están deseando que empiece a escribir de nuevo para saber o intentar adivinar que es lo que pienso de la situación actual, una situación bastante absurda y ridícula si nos referimos al estado ese en el que nos encontramos actualmente, un estado que no nos lleva a ninguna parte, aunque la situación o la cosa no mejore, pero que tampoco empeore, por tanto diremos que nos volvemos a encontrar de nuevo en una transición que nada tiene que ver con la que hubo en otro tiempo en esa que nos dejó un buen político, al que solo se le han sabido reconocer los méritos después de muerto.

Pero esto siempre suele ser así.

Ya te pueden reconocer méritos una vez que hayas dejado de respirar, porque no te van a servir para nada.

Quizás algo así le esté pasando al señor cirujano o ese que tenemos en funciones y que algunos dicen que lo único que está haciendo es darnos por esas tres letras en las que termina su nombre.

Pero...

¿Sabemos que es lo que quieren hacer los demás?

Porque una cosa es clara y evidente, que las palabras normalmente se las lleva el viento y que las promesas están hechas para incumplirse o como se suele decir: prometer hasta meter y una vez metido nada de lo prometido.

Los sinvergüenzas a esos que nos prometían bienestar para tod@s y que los representa un puño y una rosa, de la que acabaron llevándose los pétalos y a los demás solo nos dejaron los sépalos, el tronco y las espinas, si la gente fuera consciente no deberían volver a gobernarnos.

Los morados o esos que no saben a que atenerse, con quien pactar, como gobernar o las decisiones que deben tomar y que solo les interesa legalizar las drogas, deberían tenerlo cada vez más oscuro.

Los rojos se han vuelto morados.

Los naranjas, quizás sean los más coherentes, aunque lo mismo si algún día llegan a gobernarnos, lo mismo consiguen dejarnos a todos en cueros o en pelotas.

Por tanto viendo el panorama, la situación y el estado en que nos encontramos, me inclino porque sean los gaviotas los que nos coman las vísceras y los intestinos o que su líder nos siga dando por esas tres letras en las que termina su nombre.

No soy político, ni pretendo serlo, solo deseo que nos gobiernen los menos sinvergüenzas, los menos canallas, o los que mejor lo hagan.

Sed buenos y portaros bien que siempre habrá quien os lo sepa agradecer.

Desde mi séptimo cielo un afectuoso saludo.

Managuper.

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