13 DE DICIEMBRE
Y martes encima, acabo de
darme cuenta ahora mismo, al encender el ordenador y pensar el día
que era, aunque este me ha jugado una mala pasada, pues me ha tocado
reiniciarlo dos veces, espero que no sea cosa de la mala suerte, sino
de la buena, no soy supersticioso, ni pretendo serlo, porque sino no
hubiera concebido a mi hijo un día 13 y no hubiera hecho o concebido
muchas de las cosas que he hecho un día tal como hoy.
Aunque una de mis
mascotas me ha dado un gran susto esta mañana, pues cuando me asomé
para darle los buenos días, me la encontré que estaba casi
boqueando, atragantada por algo que había comido y casi a punto de
asfixiarse.
La saqué y cuando estaba
a punto de hacerle el boca a boca para tratar de desatascárla, esta
se recuperó casi de forma milagrosa.
Me pongo en el lugar del
pobre animalito, que aunque yo lo considero, grande entre los suyos,
poderoso, hábil, ágil y hermoso.
Pensaría... este cabrón
lo que quiere es comerme, devorarme, liquidarme o hacerme
desaparecer.
Nada de eso ocurrió,
porque soy un gran amigo de mis mascotas, las apreció un montón,
porque me dan muchas alegrías, me cantan, me dan trabajo, teniendo
que cuidar de ellas, limpiarlas, echarlas de comer etc.
Pero yo no estoy dentro
de ellas, no sé lo que piensan de mí, que concepto tienen de mí,
si me aprecian, me odian o me quieren, lo único que puedo asegurar
es que no las maltrato, que dentro del espacio que ocupo, las dejo
disfrutar de su libertad, quizás condicionada al medio en el que
vivo pero nada más.
Son tan libres como yo,
cuando nos encontramos en el mismo ambiente, pero están protegidas,
no corren ningún peligro, comida no les falta y atenciones tampoco.
Quizás si disfrutaran de
esa libertad que a lo mejor desearían tener, correrían bastantes
más riesgos de los que corren estando conmigo.
Una de ellas lleva
conmigo algo más de cinco años, la otra esta disfrutando de su
segundo año en mi compañía.
La primera es perezosa,
lenta, no da ningún ruido, hiberna durante seis meses por lo que
no me da ningún trabajo, anda libremente por donde quiere, solo
tengo que echarla de comer cuando se despierta.
La otra es vivaracha,
rápida, veloz, desconfiada, no duerme nunca, o si lo hace es con un
ojo abierto y el otro a medias, es muy madrugadora, come de todo y
muy alegre porque canta mucho, aunque su vivienda es un jaulón, de
vez en cuando la suelto para que disfrute de sus momentos de
libertad, le encanta la música, sobre todo la de piano.
Esto solo son cosa de mis
mascotas o de mis pensamientos que así lo creen.
Desde mi séptimo cielo,
un saludo.
Managuper.
No hay comentarios:
Publicar un comentario