ÁNGEL EXTERMINADOR
No seré yo quien os
extermine u os tenga que juzgar, aunque por algunas de las
injusticias sufridas, me gustaría poder serlo, quizás por eso la
vida ha sido tan generosa conmigo, aunque la verdad he reconocer
que ésta, me ha dado bastante más de lo que siempre le he pedido,
como no he sido una persona ambiciosa, avariciosa o acaparadora, una
vez que conseguí lo más necesario o básico para poder llevar una
vida medianamente digna, dejé de tener ambiciones.
Carezco de riquezas,
lujos, extravagancias, o cosas que me pongan en un plano superior a
cualquier persona, pues siempre me he considerado uno más entre le
inmensa multitud que somos, me puedo poner a la altura del que tenga
el nivel más bajo, pero nunca he intentado ponerme a la altura de
esos que se creen en un plano superior a los demás, porque los
considero unos verdaderos miserables.
Como se suele decir:
“Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”
Nunca me ha gustado
presumir de nada, porque no hay nada que merezca la pena de lo que
presumir, solo tengo cosas básicas, necesarias, prácticas, cómodas
y útiles.
Quizás el más pobre de
los humanos tenga más riquezas de las que yo tengo, quiero decir que
casi todo el mundo tiene algún regalo que le hayan hecho, bien sea
en forma de alhajas, joyas, sortijas, anillos o pulseras, yo tengo
que confesar que no tengo nada de todo eso, tres piezas que tenía,
una alianza y un par de cadenas que no acostumbraba a ponerme,
alguien que debía necesitarlas, se las llevó sin ningún
escrúpulo.
Por lo tanto el que venga
buscando algo de valor a mi casa, lo único que puede llevarse es un
tremendo desengaño.
Porque lo único que
pueden llevarse, son cosas prácticas, útiles o de uso común, que
la mayoría de la gente posee.
Quizás lo más valioso
que haya en ella, sea yo.
Pero...
¿A quien le interesa una
persona que carece de ambiciones, riquezas, fama, prestigio u otras
cosas superfluas?
En pocas palabras, digamos que hay que ambicionar hasta tener lo necesario, una vez conseguido para que seguir ambicionando, todo lo demás ya es avaricia, acaparamiento o como lo quieras llammar..
En pocas palabras, digamos que hay que ambicionar hasta tener lo necesario, una vez conseguido para que seguir ambicionando, todo lo demás ya es avaricia, acaparamiento o como lo quieras llammar..
Estoy convencido de que a
casi nadie.
Casi todo el mundo aspira
a ser más que los demás, a tener más que los demás, a poder
presumir, figurar etc.
Con lo feliz que se vive
tratando de pasar desapercibido, sin meterse con nadie, o
sencillamente limitándote a vivir o a ser uno de tantos.
Desde mi séptimo cielo o
este lugar que ocupo en el inmenso espacio, donde nadie de momento se
mete conmigo, un cordial saludo.
Managuper.
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