sábado, 19 de julio de 2014

275 COSAS DEL VERANO

COSAS DEL VERANO

Hace un calor asfixiante, agobiante que no hay forma de poder quitárselo uno de encima, solo se está bien cuando uno está en remojo y hasta el agua está caliente, pues hay días que tiene una temperatura superior, a esa que suele tener en época invernal que ronda los veintiséis grados.

Creo que hoy superaba esos grados, según ponen en la hoja informativa donde todos los días a primera hora de la mañana o a la apertura de las instalaciones ponen la de los diversos vasos existentes.

Y algun@s todavía se quejan de que está fría, cuando a decir verdad lo ideal en esta época del año sería que no superara los veintidós o veintitrés grados.

Casi seria conveniente que le echaran unos cubitos de hielo para refrescarla un poco, o que no le echaran la capota por la noche, para que se evaporara esa temperatura excesiva que tiene.

Porque más que ir uno a refrescar, parece que va uno a tomar baños termales, claro que estamos en la quincena que más calor suele hacer durante todo el año.

Esperemos que pase pronto y que cuando llegue el mes de agosto por las noches nos refresque el rostro.

Porque ahora solo se está bien en esos locales climatizados que aunque no sean beneficiosos para la salud por lo menos alivian un poco la calorina.

Aunque a la sombra, casi sin ropa y con un ventilador al lado tampoco se está nada mal, que te sigue agobiando, pues ducha al canto, que con una no te basta, date dos, tres o cuatro.

El sol es beneficioso, pero si se toma a primera hora de la mañana, quiero decir desde que sale, hasta un par de horas después, luego puede ser más perjudicial que beneficioso.

A mí me gusta ver amanecer todos los días y normalmente es cuando lo suelo tomar, ya que la orientación de mi casa me permite el poder hacerlo, porque tanto en verano como en invierno, su ubicación, me permite el poder verlo, unas veces desde una habitación, otras desde otra, desde el salón o desde la terraza.

Ya cuando la compré, fue lo que más me gustó, lo bien orientada que estaba y el que el vecino de enfrente no pudiera meter sus narices en mi casa, porque hay una plaza de por medio.

Aunque nunca está uno libre de que el vecino de arriba, el de al lado o el de debajo, quieran saber lo que acontece en tu casa.

Desde mi séptimo cielo, hasta esa próxima.


Managuper.

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