sábado, 20 de febrero de 2016

363 COSAS DE NEURONAS


COSAS DE NEURONAS


Escribir por escribir, para rellenar un tiempo vacío o para expresar algo que deseas en un momento determinado de tu vida, es lo mismo que leer por leer, para entretener un tiempo con el que no sabes que hacer y que antes de aburrirte soberanamente es preferible hacer.


Pasear por pasear, charlar por charlar, joder por joder, beber por beber, comer por comer, fumar por fumar, jugar por jugar o follar por follar y así sucesivamente podría ir haciendo comparaciones para que nos diéramos cuenta de lo absurdas que pueden ser algunas de las muchas cosas que hacemos rutinariamente consciente o inconscientemente, unas veces porque es un hábito, otras por una mala o buena costumbre que hemos cogido y otras porque no tengamos nada mejor que hacer.


Los seres humanos estamos condicionados a una serie de circunstancias que muchas veces nos obligan a ello, como esa de trabajar por trabajar o porque no nos queda más coño o más cojones que tener que hacerlo, no porque el trabajo que estemos realizando precisamente nos satisfaga o nos sintamos realizados plenamente.


Unas veces porque te obliga la sociedad en la que vivimos, otras veces porque es la familia quien te obliga y otras veces porque es la cochina ambición o envidia y otras porque si quieres sobrevivir no te queda más remedio que hacerlo.


A lo mejor los hay con suerte que se han podido dedicar a lo que han querido, les ha gustado o han sido capaces de convertirse en verdaderos artistas pero el porcentaje es bastante menor o solo cuatro entre la gran inmensa mayoría, que el de los que lo hacen por obligación.


Los primeros años en todo, o los comienzos, normalmente suelen ser los más duros, porque salvo que seas un superdotado y no te cueste nada el aprender, ya que yo sepa, casi nadie nace enseñado.


Posiblemente seamos los más torpes en todo, porque si analizamos todos los demás seres, nos suelen ganar en casi todo, nada más nacer, ya hacen su pinitos, se ponen de pie, nadan, brincan, corren o saltan aprenden a alimentarse o sobreviven de una forma natural.


En cambio nosotros si no fuera porque nos meten la teta en la boca, nos visten, nos calzan, nos arropan y nos cogen en brazos, no seríamos capaz de hacer nada por nosotros mismos, prueba evidente de lo torpes que somos.


Lo raro es que hayamos podido sobrevivir a pesar de nuestra torpeza, ya que podríamos haber sido victimas de cualquier depredador.


Con otro gran agravante que nos caracteriza por inteligentes que nos creamos, que solo llegamos a desarrollar un porcentaje mínimo de nuestra inteligencia, que en la mayoría de los casos no llega a un diez por ciento.


Entonces me pregunto yo: ¿Para qué queremos tanta sesera o tantas neuronas en nuestro cerebro o cerebelo, cuando solo somos capaces de utilizar una mínima parte?


Solo sabemos matar o exterminar a gran parte de esos otro seres.


Desde mi séptimo cielo, os invito a reflexionar (aunque algo hay que comer).


Managuper.

No hay comentarios:

Publicar un comentario