COSAS DE NEURONAS
Escribir por escribir,
para rellenar un tiempo vacío o para expresar algo que deseas en un
momento determinado de tu vida, es lo mismo que leer por leer, para
entretener un tiempo con el que no sabes que hacer y que antes de
aburrirte soberanamente es preferible hacer.
Pasear por pasear,
charlar por charlar, joder por joder, beber por beber, comer por
comer, fumar por fumar, jugar por jugar o follar por follar y así
sucesivamente podría ir haciendo comparaciones para que nos diéramos
cuenta de lo absurdas que pueden ser algunas de las muchas cosas que
hacemos rutinariamente consciente o inconscientemente, unas veces
porque es un hábito, otras por una mala o buena costumbre que hemos
cogido y otras porque no tengamos nada mejor que hacer.
Los seres humanos estamos
condicionados a una serie de circunstancias que muchas veces nos
obligan a ello, como esa de trabajar por trabajar o porque no nos
queda más coño o más cojones que tener que hacerlo, no porque el
trabajo que estemos realizando precisamente nos satisfaga o nos
sintamos realizados plenamente.
Unas veces porque te
obliga la sociedad en la que vivimos, otras veces porque es la
familia quien te obliga y otras veces porque es la cochina ambición
o envidia y otras porque si quieres sobrevivir no te queda más
remedio que hacerlo.
A lo mejor los hay con
suerte que se han podido dedicar a lo que han querido, les ha gustado
o han sido capaces de convertirse en verdaderos artistas pero el
porcentaje es bastante menor o solo cuatro entre la gran inmensa
mayoría, que el de los que lo hacen por obligación.
Los primeros años en
todo, o los comienzos, normalmente suelen ser los más duros, porque
salvo que seas un superdotado y no te cueste nada el aprender, ya
que yo sepa, casi nadie nace enseñado.
Posiblemente seamos los
más torpes en todo, porque si analizamos todos los demás seres,
nos suelen ganar en casi todo, nada más nacer, ya hacen su pinitos,
se ponen de pie, nadan, brincan, corren o saltan aprenden a
alimentarse o sobreviven de una forma natural.
En cambio nosotros si no
fuera porque nos meten la teta en la boca, nos visten, nos calzan,
nos arropan y nos cogen en brazos, no seríamos capaz de hacer nada
por nosotros mismos, prueba evidente de lo torpes que somos.
Lo raro es que hayamos
podido sobrevivir a pesar de nuestra torpeza, ya que podríamos haber
sido victimas de cualquier depredador.
Con otro gran agravante
que nos caracteriza por inteligentes que nos creamos, que solo
llegamos a desarrollar un porcentaje mínimo de nuestra
inteligencia, que en la mayoría de los casos no llega a un diez por
ciento.
Entonces me pregunto yo:
¿Para qué queremos tanta sesera o tantas neuronas en nuestro
cerebro o cerebelo, cuando solo somos capaces de utilizar una mínima
parte?
Solo sabemos matar o
exterminar a gran parte de esos otro seres.
Desde mi séptimo cielo,
os invito a reflexionar (aunque algo hay que comer).
Managuper.
No hay comentarios:
Publicar un comentario