LLEVAN EL VENENO EN LA
SANGRE
Mientras les sigamos
dando acogida, refugiándolos, o dejar circular libremente por
nuestro países, la vida de cualquiera de nuestros ciudadan@s
seguirá estando en peligro, el mal ya está hecho, porque se han
extendido o expandido por todas partes de nuestro planeta.
Ahora el problema
consiste en:
¿Cómo darle solución?
La solución es bien
sencilla y solo tiene un camino: !Expulsándolos!, no solo a los que
han llegado, sino también a tod@s sus descendientes
Que tienen que pagar
justos por pecadores, que paguen y se vayan a tomar por culo a sus
países de origen, que se preocupen de reconstruirlos, de darles vida
o hacer lo que les de la gana, que se quieren matar entre ellos,
porque su religión, Alá o Mahoma se lo permiten, que lo hagan, pero
a los demás que nos dejen vivir tranquilos.
Las personas que no valen
para vivir en sociedad, respetar a los demás, o acatar las normas de
convivencia del país que los acoge, no son dignas de vivir en el
mismo, por lo tanto deben ser expulsad@s de él.
Habrá quien piense que
lo que digo no es lo más correcto, porque ahora que se tratan de
eliminar barreras, quitar fronteras o dejar que cada uno circule
libremente por donde quiera, oponerse a todas estas medidas es ir
contra natura.
Pero siempre será mejor
ir contra natura, que vivir con inseguridad, riesgo o teniendo que
soportar a alguien que no te ofrece garantías.
Encima de no traernos
nada, porque normalmente vienen de vacío, siendo nosotros los que
les tenemos que dar, por lo que deberían estarnos agradecidos
eternamente, vienen con exigencias, imposiciones o normas de
convivencia que parece ser debemos de respetar.
¿Donde estamos?
¿Donde vivimos?
¿En ese mundo absurdo
que trataron de crear Felípe González, Alfonso Guerra, José Luis
Rodriguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcába y sus secuaces.
O en ese otro que tratan
de volver a recrear con Susana Diaz, Patxi Lòpez o Pedro Sánchez
O en ese que tratan de
crear Pablo Iglesias, Monedero, Errejón y es@s
seguidores de podemos.
O realmente vivimos en
ese del cirujano, que se dedica a extirpar cánceres creados por
todos sus antecesores, aunque algunos se le estén convirtiendo en
metástasis.
No sé muy bien con cual
de ellos quedarme, porque si malo es uno, posiblemente el futuro que
nos espera no es bastante mejor de lo que ahora tenemos.
Solo tenemos que ver como
funciona el congreso de diputados, donde una tal Pastor, presidenta
del mismo, no es capaz de poner los cencerros correspondientes a sus
ovejas, o carneros, para que se vayan a hacerlos sonar por las
laderas de los montes, valles o praderas correspondientes y que solo
los escuchen esos que quieran oírlos.
Solo se limita a
expulsarlos de la cámara y a mandarlos a su redil correspondiente,
cuando lo suyo sería suspenderlos de empleo y sueldo por no saber
comportarse.
Así que cada vez vienen
más inflados, más prepotentes, más crecidos y más creídos de que
solo ell@s están en posesión de la
verdad.
Tampoco me parece nada
bien, que a los funcionarios o empleados púbicos o privados, se les
aumente el sueldo un 1% y a los pensionistas solo un 0,25%.
¿Que pasa?
Que los demás y aunque
aún sigan viviendo a costa nuestra.
¿No somos de Dios?
En tiempos de la
dictadura el que no valía para otra cosa, se alistaba en el ejército
y tenía resuelto su porvenir.
Ahora el que no vale para
trabajar, se hace funcionario, se afilia a un partido, para que le
den comida, bebida y vivienda gratis y lo tiene todo resuelto.
¡Que pena de país!
Casi me avergüenzo de
vivir en él.
Porque los palos se los
dais siempre a los mismos, no a la clase alta o baja, para que los
que están arriba se den cuenta de que no pueden subir tan alto o a
los de la clase baja, para que se den cuenta de que si no arriman el
hombro no lo van a tener todo gratis.
Todos los palos van
siempre contra la clase media, o media baja.
Así nunca vais a
encontrar una balanza justa que sea capaz de equilibrar las fuerzas,
o solo crearéis vagos, maleantes o gente ambiciosa, que aspire a
enriquecerse en el menor tiempo posible.
Estos son mis
pensamientos en el día de hoy, con los que puedes estar de acuerdo o
no, pero como son los que he tenido, los expongo sin ningún temor.
Desde mi séptimo cielo
o este lugar habitual que ocupo.
Un saludo.
Managuper.
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