COSAS DE ALGO QUE LLEVO
DENTRO
Mi vida siempre ha estado
ligada en cierta forma a esa del barrio donde me he criado, donde me
he desenvuelto y donde en gran parte ha transcurrido la mayor parte
de mi vida, unas veces por convivencia, otras por trabajo y otras por
qué no decirlo por diversión.
Gente maravillosa, que he
tenido la gran suerte de conocer, de haber compartido con ellos gran
parte de mi vida de una forma cotidiana, amena, divertida,
desenfadada, con incidentes, protestas, manifestaciones y todo lo que
haya sido necesario.
Un barrio humilde,
trabajador, prudente, sensato, moderado, comedido y pacífico, aunque
siempre puede haber algún detractor de gente que a lo mejor no
pertenecían o vivían en él y que se encontraban vinculados al
mismo por otras circunstancias, bien fueran políticas,
gubernamentales, partidistas o de otro orden.
No me cabe ninguna duda
de que a lo mejor puede haber sido uno de los mejores barrios de esta
ciudad en la que habito, donde casi tod@s
nos conocemos o nos hemos prestado servicios unos a otros, bien de
una forma directa o indirecta, pero siempre vinculados por algún
lazo de amistad, de familia, de parentesco o sencillamente de
conocimiento.
Aún sigo teniendo muy
buenas amistades en él, que procuro no perder, porque lo que se ha
querido, por cualquiera de las razones que hayan sido, bien haya sido
de docencia, de enseñanza, de trabajo, de respeto, o de cualquier
otra circunstancia, siempre serán recordados por esos con los que lo
has compartido.
Casi nadie me conoce o
ninguna de esas personas allegadas saben lo que digo, lo que expreso
a través de estas líneas o el cariño, agradecimiento o respeto que
siento por ellos, por que no saben que en mis ratos libres me dedico
a hacer esto.
Espero seguir en el
anonimato durante muchos años más, porque la fama no me gusta, ni
tampoco pretendo ganar dinero con ello, pues lo hago de una forma
altruista, generosa y gratuita, que solo los de mi familia y los
más íntimos amigos conocen.
No quiero decir que los
demás barrios hayan sido malos, más reivindicativos, o menos
pacíficos, cada uno de ellos ha tratado de defender lo que creía
debía de tener en él o intentado luchar por conseguirlo.
De todas formas sigo
pensando que somos una de la ciudades más acogedoras, más pacíficas
y más bonitas de este planeta, quizás sea porque somos el corazón
de este país llamado España, ya que nos encontramos justo en su
lado izquierdo, por debajo de ese paraíso natural llamado Asturias o
por encima de ese otro paraíso de las aves y del cerdo ibérico
llamado Extremadura.
Quizás seamos ese
paraíso terrenal que algunos no saben bien donde ubicar, porque
tenemos la plaza más bonita, dos catedrales unificadas, una
clerecía, una universidad mundial y una gente encantadora.
Desde mi séptimo cielo
en esta ciudad maravillosa y dorada, un saludo.
Managuper.
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