domingo, 25 de junio de 2017

412 COSAS DEL CIELO Y DEL INFIERNO

COSAS DEL CIELO Y DEL INFIERNO

¿Realmente existen?

O solo son producto de nuestra imaginación, de nuestra forma de vivir, de nuestra forma de pensar o de la clase de vida que cada uno queramos llevar.

Puede que seamos producto de esto último, no puedo asegurarlo, pero lo más posible es que sea así, soy de los que pienso que el cielo y el infierno, solo son creación de nuestro cerebro, de nuestra educación o de nuestra mente.

Por las experiencias vividas a través de mis sesenta y ocho años cumplidos, he pasado por diversas facetas que me han hecho pasar por fases buenas, malas, peores y mejores, todo ello solo me ha servido para rectificar todos lo errores cometidos.

Cuando eres joven, quieres comerte el mundo, no hay barreras que puedan impedírtelo o por lo menos eso te parece, sueles probar de casi todo, porque te crees en la situación de poder dominárlo, de poco o de nada te sirven los consejos de esos que te los dan.

Transcurrido este periódo llega uno a esa edad en la que empiezas a plantearte la vida un poco más en serio, quizás decidas independizarte, formar un hogar y tener una familia.

Posiblemente o ese quizás fue uno de mis mayores errores, pues no fue de lo más acertado que he hecho en esta vida.

Todo me iba bien hasta que decidí dar este paso, porque siempre tuve en mente tener un hijo que la naturaleza me concedió, un hijo maravilloso, que concebí el día que pensé debía concebirlo y que nació cumplido el tiempo reglamentario y el día que deseé.

Por lo tanto puedo decir que todo me salió a pedir de boca o como lo tenía planeado, aunque mi ex siempre me acusó de que nunca conté con ella para nada, quizás por eso un buen día decidió dejarme.

Después de veinte años de matrimonio, llegó la ruptura cuando mi hijo ya era mayor de edad, porque no se consideraba lo suficientemente querida.

Mi hijo se puso de parte de su madre porque consideró que era la parte más débil y un buen día decidió hacer justicia por su cuenta y repartió el capital que había al 50% sin tener en cuenta nada, porque tenía poderes para poder hacerlo, ya que le tenía de titular en todas mis cuentas.

No se lo reprocho, porque quizás haya sido mi mejor juez.

Pero solo consiguió que la justicia hiciera justicia y que su madre recibiera lo que está recibiendo o sea nada, aunque me costó bastante.

Liquidadas las cuentas, la separación y el divorcio posteriormente, recuperé el estado que siempre he deseado, ser libre, independiente, individual y único, aunque supongo que habrá muchos más como yo.

Los años de cielo, de paraíso o de infierno por los que he pasado, solo los conozco yo, y aunque no los haya dado a conocer antes porque no lo he considerado oportuno, hoy puedo decir que vivo en el séptimo cielo o este lugar donde resido de forma habitual.

Por lo expuesto, puedo decir o considerar que el cielo y el infierno existen realmente por las experiencias vividas, que no hay que ir a buscarlos muy lejos, porque cada uno somos libres de elegir ese lugar.

Solo de tí depende que quieras vivir en uno o en otro.

Las drogas, la bebida o el dinero, no son una solución válida, solo son materias, que te pueden llevar al mayor de los fracasos.

Sed buenos un día más y disfrutad de lo poco o mucho que tengáis.

Desde mi lugar habitual, mi sitio de costumbre o este séptimo cielo, un saludo.

Managuper.


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