COSAS DEL CIELO Y DEL
INFIERNO
¿Realmente existen?
O solo son producto de
nuestra imaginación, de nuestra forma de vivir, de nuestra forma de
pensar o de la clase de vida que cada uno queramos llevar.
Puede que seamos producto
de esto último, no puedo asegurarlo, pero lo más posible es que sea así, soy de los que pienso que el cielo y el infierno, solo son
creación de nuestro cerebro, de nuestra educación o de nuestra mente.
Por las experiencias
vividas a través de mis sesenta y ocho años cumplidos, he pasado
por diversas facetas que me han hecho pasar por fases buenas, malas,
peores y mejores, todo ello solo me ha servido para rectificar todos
lo errores cometidos.
Cuando eres joven,
quieres comerte el mundo, no hay barreras que puedan impedírtelo o
por lo menos eso te parece, sueles probar de casi todo, porque te
crees en la situación de poder dominárlo, de poco o de nada te
sirven los consejos de esos que te los dan.
Transcurrido este periódo
llega uno a esa edad en la que empiezas a plantearte la vida un poco
más en serio, quizás decidas independizarte, formar un hogar y
tener una familia.
Posiblemente o ese quizás
fue uno de mis mayores errores, pues no fue de lo más acertado que
he hecho en esta vida.
Todo me iba bien hasta
que decidí dar este paso, porque siempre tuve en mente tener un hijo
que la naturaleza me concedió, un hijo maravilloso, que concebí el
día que pensé debía concebirlo y que nació cumplido el tiempo
reglamentario y el día que deseé.
Por lo tanto puedo decir
que todo me salió a pedir de boca o como lo tenía planeado, aunque
mi ex siempre me acusó de que nunca conté con ella para nada,
quizás por eso un buen día decidió dejarme.
Después de veinte años
de matrimonio, llegó la ruptura cuando mi hijo ya era mayor de edad,
porque no se consideraba lo suficientemente querida.
Mi hijo se puso de parte
de su madre porque consideró que era la parte más débil y un buen
día decidió hacer justicia por su cuenta y repartió el capital que
había al 50% sin tener en cuenta nada, porque tenía poderes para
poder hacerlo, ya que le tenía de titular en todas mis cuentas.
No se lo reprocho, porque
quizás haya sido mi mejor juez.
Pero solo consiguió que
la justicia hiciera justicia y que su madre recibiera lo que está
recibiendo o sea nada, aunque me costó bastante.
Liquidadas las cuentas,
la separación y el divorcio posteriormente, recuperé el estado que
siempre he deseado, ser libre, independiente, individual y único,
aunque supongo que habrá muchos más como yo.
Los años de cielo, de
paraíso o de infierno por los que he pasado, solo los conozco yo, y
aunque no los haya dado a conocer antes porque no lo he considerado
oportuno, hoy puedo decir que vivo en el séptimo cielo o este lugar
donde resido de forma habitual.
Por lo expuesto, puedo
decir o considerar que el cielo y el infierno existen realmente por
las experiencias vividas, que no hay que ir a buscarlos muy lejos,
porque cada uno somos libres de elegir ese lugar.
Solo de tí depende que
quieras vivir en uno o en otro.
Las drogas, la bebida o
el dinero, no son una solución válida, solo son materias, que te
pueden llevar al mayor de los fracasos.
Sed buenos un día más y
disfrutad de lo poco o mucho que tengáis.
Desde mi lugar habitual,
mi sitio de costumbre o este séptimo cielo, un saludo.
Managuper.
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