martes, 20 de junio de 2017

410 COSAS DE NUESTRA CIUDAD DORADA

COSAS DE NUESTRA CIUDAD DORADA

No quiero ser profeta de mi tierra o más bien dicho de esa que llevo en mi sangre por consanguinidad tanto paterna como materna, porque los dos eran de esta maravillosa tierra castellana, cuna de arte y saber, y que yo nací en otra un poco más abajo, por circunstancias de trabajo o laborales de mi padre, pero que como buen charrito llevo dentro de mí.

No quiero decir que renuncie a mi tierra o esa en la que nací y donde transcurrió toda mi infancia y gran parte de mi adolescencia, una tierra maravillosa, noble, conquistadora, a decir de algunos analfabeta, porque tardó en llegarnos la cultura, pero sin duda alguna de gente, sensata, prudente moderada y buena..

La mayor cultura posiblemente la recibí tanto de mi padre como de mi madre, que me enseñaron a hablar el castellano correctamente y que me corregían cuando alguna expresión no era lo más acertada o en la que utilizaba términos populares de la zona donde me desenvolvía.

Solo se limitaban a decirme:¡eso no es así!, dilo correctamente. Solo me limitaba a rectificar o a decirlo de forma que todo el mundo me entendiera.

Quiero decir que el castellano lo mamé desde bien pequeñito o desde el momento en que empecé a beber leche materna.

Puede que no lo haga correctamente, pero me gusta llamar a las cosas por su nombre verdadero, cualquier disfraz no me vale para encubrir algo que puede tener un carisma diferente o que pueda ser malinterpretado.

Por tanto todo aquel que quiera enmascarar algo dentro de mi lenguaje habitual o de ese en el que me suelo desenvolver, está fuera de órbita.

Admito que hayan o existan varios lenguajes en los que uno se pueda desenvolver, quizás unos siete mil, pero el que se quiera entender conmigo, deberá hacerlo en mi lengua habitual, la segunda más habitual después del chino.

¿Qué pinta un elefante en medio de nuestra Plaza Mayor?

Un elefante que no pega ni con cola, porque el entorno que le rodea, no es la sabana, ni tampoco la selva, jungla o ese lugar que gobierna un americano llamado Trump.

Señor Barceló, puede que se haya adelantado usted a los tiempos que nos esperan si tenemos que depender de los americanos para algo.

No quiero decir que su escultura sea una mierda, porque cualquier obra de eso que hoy día llamamos arte, puede ser digno de ser mostrado, pero no es ese lugar ideal, solo quiero decir que no es el lugar más idóneo, quizás la plaza de la Libertad, el Campo de San Francisco, la plaza de los Bandos o incluso de la plaza de Anaya, donde hay algunos árboles hubiera sido un lugar más ideal.

La plaza Mayor de por sí sola ya es bastante hermosa y bonita, para que la afeé usted con su escultura, y encima le habremos tenido que pagar dinero por ello.

Creánme si les digo que el medallón de ese dictador llamado Franco y que gobernó este país durannte cuarenta años, estaba más acorde y pasaba bastante más desapercibido que su famosa escultura.

Lo que no acabo de entender es que unos hijos de malas madres o de vida alegre o de padres desconocidos que no vivieron aquella época, quieran borrar nuestra historia.

Y aún menos que un fiscal, juez o abogado, vengas a decirnos lo que tenemos que hacer.

¿Por qué tenemos que cumplir las ordenes de una minoría, lo mande o no la Constitución?

¿A quien le han preguntado si lo que iban a hacer eran lo políticamente correcto?

¿O si los salmantinos estábamos de acuerdo con ello o no?

Cómo habitante de esta ciudad a mi no me lo han preguntado, ni tampoco a esa gran mayoría de ciudadanos que pueblan esta maravillosa ciudad.

Pienso que para decidir algo, debe ser sometido a votación popular y no solo de una minoría.

Si contribuyo con mis impuestos a pagar la vida de otros que no deseo me representen, que se molesten en preguntarme si estoy de acuerdo o no con las decisiones que se vayan a tomar y aunque sean equivocadas, las aceptaré, porque es la decisión de la mayoría.

Me parece mentira que en este país del absurdo, de cosas irreales, de telefonotontos, de perrotontos, o de tontos de todas las especies, donde los animales tienen más derechos que muchas de esas personas que en él habitan o de cosas superfluas, tengan tanto o más poder que la mayoría.

Solo espero que algún día, ésto tenga una solución.

Desde mi séptimo cielo o este lugar donde resido, un saludo.


Managuper.

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