ROMA = AMOR SI LE DAMOS VUELTA O LEEMOS AL REVÉS
Dice la gente que la ciudad del amor es París, estoy totalmente en
desacuerdo con esas personas que así lo creen, puede que París se acerque más a
esa ciudad glamour, de las excentricidades, del lujo desmesurado, del vicio y
de otros placeres que es lo que hoy se lleva.
Posiblemente fueron los primeros en querer crear esa especie de Torre
de Babel, pensando que si la construían podrían llegar al cielo, nada más lejos
de la realidad, pues solo se quedaron a unos trescientos veinticuatro metros
del suelo.
Hoy hay torres que casi triplican su altura caso de la torre Burj
Khalifa con sus ochocientos veintiocho metros de altura, pero estos tampoco han
conseguido llegar al cielo.
Debe ser difícil llegar hasta él y pocas las personas que lo consigan,
porque estamos obligados a ser como esas hormiguitas que se pasan todo el día
trabajando o acarreando alimentos para su despensa u hormiguero.
Aunque estas también o muchas de ellas construyen sus pequeñas torres
de Babel, pero lo hacen para estar más protegidas, no para intentar llegar al
cielo, o porque no saben que hacer con esas bolitas de arcilla que sacan para
construir su morada o vivienda en las entrañas de esta tierra y las dejan
acumuladas a la puerta de su hábitat u hormiguero.
Os voy a decir la creo yo es la ciudad del amor que no es otra que
ROMA, porque si le damos la vuelta a sus letras o las leemos de atrás para
adelante es lo que nos da AMOR.
¿Por qué se me ocurre pensar esto?
Porque fue una de las ciudades que en su afán de extender su imperio y
querer dominar al mundo entero, más odio creó, cometiendo verdaderas
atrocidades.
Quizás para eso vino Jesucristo al mundo que pudo ser perfectamente
hijo de José y María y no del Espíritu Santo como nos dice la iglesia, pues no
creó que Dios bajara de su trono en forma de paloma o mejor dicho palomo, para
yacer con Maria y menos que le pusiera los cuernos a José.
Yo creo que todos somos hijos de ese Dios que nos ilumina todos los
días del año con su luz y que es el que en resumidas cuentas hace germinar
todas esas las semillitas que dan vida a este planeta que poblamos y que a mí
me gusta llamar Madre Tierra y que no es otro que el Sol.
Porque si Dios es luz o energía, la mayor luz o energía proviene de Él,
aunque haya otras fuentes que también nos proporcionan otra energía totalmente
distinta que es esa otra que nos ilumina cuando es de noche.
Posiblemente Jesucristo viniera a este mundo con esa finalidad con la
que vino y para que nos diéramos cuenta que lo que se hizo con Él fue una
verdadera injusticia.
Por eso es por lo que hay una época que se denomina antes de Cristo o
después de Cristo, cuando hacemos referencia a un antes o un después de C.
porque a partir de esta época o era comenzó otra nueva, aunque el imperio
romano siguió existiendo hasta que se produjo su caída o extinción.
Porque si este vino al mundo para redimir los pecados tan atroces que
se estaban cometiendo en aquel entonces, fue donde quiso fundar su iglesia
precisamente para demostrarnos a todos el amor que nos quería dar.
Por eso mandó al frente de la misma a su apóstol predilecto o ese que
le negó tres veces y le dijo eso de tu eres Pedro y sobre ti construiré mi
iglesia.
Aunque pienso que los historiadores están equivocados y no son capaces
de rectificar ese error que se viene produciendo desde entonces y que cifran en
el año I después de Cristo en lugar del año 0 como debería decirse.
Esto viene siendo así porque los romanos no habían inventado el cero,
porque en números romanos el cero no existe, que es el año que debería haber
dividido ambas épocas, estamos en un año que no es real porque no hemos llegado
a él todavía.
O en un siglo que tampoco estamos porque todo lo que se empiece
contando desde uno se está contando mal, ya que todo tiene su origen en cero,
puesto que una unidad siempre se puede fraccionar en partes más pequeñas lo
único que no se puede fraccionar es el cero.
Porque el cero es el único número indivisible que solo se puede dividir
por si mismo y el resultado que nos da es cero.
En cambio esa unidad que representa al uno se puede dividir por
cualquier número, aunque su resultado sea, 0,00000000000000000X podríamos
añadirle todos los ceros que queráis y más.
No se puede empezar contando el año uno porque hasta que no pasan 365
días no ha transcurrido un año o estamos realmente en el año I, quiero decir que los 364 días anteriores habría
que aplicárselos al año cero.
Yo no soy un experto en esta materia, pero así se me ocurre pensarlo y
no creo estar equivocado.
Como tampoco creo estar equivocado en esto de que ROMA es esa ciudad
del AMOR que yo quiero creer que es.
Desde mi séptimo cielo un cordial saludo.
Managuper.
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