¿DE QUÉ HABLAMOS HOY?
Ayer hablábamos del gobierno, hoy no quiero hablar de él, aunque se
podrían escribir novelas como esas de Ken Follett de mil páginas y más porque
dan pie para ello, pero a mí me gusta hacer resúmenes breves y cortos que no se
extiendan más de lo que pueden ser un par de folios, no hace falta meter mucha
paja, cuando lo que se quiere es ir al grano directamente.
Anteriormente cuando se trillaba en las eras, la paja se la llevaba el
viento y solo quedaba el grano en la era, para lo cual era necesario que
hiciera un poco de viento.
Hoy los tiempos están tan cambiados que ya no hace falta hacer eso,
pues esas máquinas o robots mecánicos llamados cosechadoras hacen todo el
trabajo que antes se hacia manualmente, separando el grano de la paja.
No hace falta remontarse a muchos años para saber que esto era así.
Cualquiera de los de mi generación o esa del 48 ha conocido estos
trabajos, muchos de ellos por haberlos realizado y otros por haberlos visto.
Todo había que realizarlo de forma manual, por tanto ese tipo de
trabajo, casi ha desaparecido, aunque para que la tierra siga dando sus frutos,
lógicamente hay que cultivarla.
Unas veces de forma mecánica y otras veces con la ayuda humana, pues
hay cosas que por muy mecanizadas que estén y por muy robotizado que esté todo,
siempre va a ser necesaria la colaboración de determinadas personas.
Lo que está claro es que para que este mundo vaya, es necesario que nos
ayudemos uno a otros.
Pero hay personas que no están dispuestas a hacerlo y son como esos parásitos
que viven o quieren vivir a costa de los demás.
En todo el reino animal, los parásitos existen y nosotros aunque no
seamos animales, o seamos racionales, porque sabemos razonar las cosas, también
tenemos esos parásitos, raro es la familia donde no hay alguno.
Bien sea porque caen en vicios de sexo, drogas o alcohol, o
sencillamente porque no les dé la gana trabajar (aunque hoy día es un bien
escaso)
Dicen que de una relación sexual esporádica habida entre un hombre y
una mujer, esta quedó embarazada y tuvo una hija no deseada ¿Cómo se debería llamar a esa
niña?, la respuesta es muy sencilla porque es el título de una película que
casi todos hemos visto: “La niña del exorcista”
Con ésta pequeña gota de humor me despido hasta otra.
Managuper.
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