209 Excursión desde los Cisnes a Cuatro Calzadas
Hoy nos ha tocado excursión a los asociados de la empresa donde presté mis servicios durante algo más de treinta y tantos años o a esos que nos dedicamos a hacer senderismo, porque nos gusta estar en contacto con la naturaleza.
La hora de salida era prudencial, o sea las nueve de la mañana y el lugar muy cercano a la capital a unos catorce kilómetros del punto de partida.
Paramos para tomar un café en una cafetería de urbanización El Encinar y a las diez en punto emprendimos marcha en urbanización los Cisnes que se encuentra en frente de la anteriormente citada, a derecha según se mira hacia Salamanca, los más pudientes y la izquierda los más desfavorecidos.
Nosotros iniciamos la marcha del lado de los más pudientes por un camino que salía de frente, el cual fuimos siguiendo y nos llevó has unas ruinas, posiblemente de una ermita en otro tiempo o de una iglesia.
Bajamos por una ladera y fuimos a dar a una cañada, por la que discurría un regato casi seco, en dirección contraria al transcurso de sus aguas, nos adentramos en una finca para ir a ver una encina, que según nuestro presidente dice que es milenaria.
Yo le pregunté a la encina y está me susurró al oído, me plantó San Teresa cuando se vino para Alba, por tanto mi edad puedes averiguarla.
He consultado al señor Google y este me contesta que vino en 1571, por tanto la edad de dicha encina es desde entonces para acá, o sea debe haber cumplido o cumplirá próximamente 442 años.
¿En que me baso para poder asegurar esto? En lo mismo que se basa nuestro Presidente de la asociación para decir que es milenaria.
Ni el me puede asegurar que así sea, ni yo tampoco le puedo asegurar que lo que yo diga sea cierto, así que quedamos los dos igual, yo solo cuento un rumor que llego hasta mis oídos cuando le pregunté ¿Cuál es tu edad? Puede que yo esté más en lo cierto que él, algún día cuando muera por la vetas o los cercos de su tronco, podrá calcularse o saberse su edad
Un poco más arriba de esta encina se encuentra una fuente dedicada a esta Santa donde están escritos esos versos “quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta.
Salimos por donde entramos de dicha finca y seguimos ese sendero o camino con dirección a Cuatro Calzadas, en lo alto de un cerro y encima de unos cimientos que nos sirvieron de sentajos, de una posible casa en construcción o abandonada, tomamos el bocadillo.
Pasamos por una finca donde había unos cerdos ibéricos, campeando por la misma a sus anchas, o rebuscando bellotas y por otra que creo se llamaba Las Mazas de ganadería brava, donde solo vimos unos caballos, los que había, unos eran percherones, había otro como con calzas, lo llamo así, porque los pelos de sus patas eran muy largos y otros puede que de pura sangre o de otra raza española, quizás algún cartujano o vaya usted a saber si árabes o de cualquier otra raza.
Y unos kilómetros más adelante llegamos a un cruce en la nacional 630 de donde sale un ramal a Monterrubio de la Sierra que indicaba 10 que serán los kilómetros o distancia a la que se debe encontrar.
Pero nosotros nos desviamos a la izquierda por la N-630 y 3.750 metros más adelante, llegamos a Cuatro Calzadas, a la hora de comida porque eran las catorce horas y en el Mesón Viejo del Jamón.
Tomamos unas cañas en barra para saciar nuestra sed después de los 18 kilómetros que habíamos recorrido y pasamos al comedor directamente.
No había un menú especifico para todos, solo los que quisieron cocido hubieron de comunicárselo por la mañana a nuestro coordinador o quien nos organiza los viajes un señor apellidado Borrego y no lo estoy insultando.
Los demás cada uno elegimos el que quisimos donde había cinco primeros, cinco segundos y los postres correspondientes, además de los cafés.
Yo seguía con ganas de marcha y opté por venirme a Salamanca andando, y así se lo hice saber a los organizadores, así que me encargue un bocadillo de jamón, cogí mi mochila, mi bastón y me puse de nuevo en marcha pues aún me quedaban 17 kilómetros o quizás tres más por recorrer que hay del puente de Enrique Esteban hasta mi casa (lo pongo con B porque me gusta más que con V)
Cuando mis compañeros acabaron de echar la partida o de jugar con las cartas o a las cartas y me pasaron, hora y media mas tarde, ya me había recorrido la mitad del camino, me pitaron y le dije que siguieran.
Ya oscurecido o a las siete, estaba haciendo mi entrada, en ese barrio donde habita Nuestra Patrona y que se llama igual que ella “Vega”, al llegar a una fuente publica que está pegando a su iglesia donde esta habita, un perro “Lamecoños” “faldero” o servicial a su dueña, vino casi a morderme, pues andaba suelto, por lo que tuve que darle en las narices un palo para que no me mordiera.
Al llegar frente a su dueña esta dijo algo que entendí como le ha pegado, o te ha pegado, no sé si se lo dijo al perro o a mí y sencillamente le contesté si lo hubiera llevado usted atado como es su obligación, no hubiera tenido que pegarle.
Sin más discusión por ninguna de las dos partes, seguí mi camino hasta llegar a mi casa y a las ocho estaba en la misma o en mi séptimo cielo después de haberme recorrido a pata unos treinta y ocho kilómetros, centímetro arriba o abajo.
Un saludo para mis fieles seguidores.
Managuper.
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