189 Campanadas de boda
Hoy quiero contaros la historia de lo sucedido en el día de ayer o de que hemos hecho durante este día, porque en estos momentos va a hacer dos horas más o menos que llegamos del viaje que hemos realizado a la capital del reino para presenciar dicha obra teatral, en el teatro Alcalá de Madrid, pero voy a empezar desde el principio y luego seguiremos un poco con el relato de la misma.
Salimos desde Salamanca o este Paraíso Terrenal en el que tenemos esa suerte de vivir los que pertenecemos a esta bendita tierra sobre los ocho y treinta de la mañana del sábado del lugar de costumbre o habitual.
Dos autocares estaban esperándonos cuando yo llegué puntualmente al lugar de la cita, por tanto ya estaban casi todos subidos a los mismos, uno de los guías, que normalmente entre algunos compañeros conocemos con el sobrenombre de Don Quijote, por su enorme parecido en otra época por su esbeltez y delgadez al caballero de la triste figura, me informó que el autocar al que debía subir era el número dos.
Una vez que me encaramo o me subo al mismo voy saludando a casi todos los compañer@s que me voy encontrando y dándoles los buenos días, entre otros iban con nosotros, uno también conocido como el Místico, porque tiene pinta de un jesuita falso, otro conocido también con el apodo del Yupi, por lo estirado que es y supongo que será por lo elegantemente que suele ir vestido casi siempre, además del Rey Pasmado del cual ya os hablé también el otro día.
Además de estos personajes que os he mencionado iban también dos de mis mejores amigos con los que me llevo muy bien y que casi siempre que nos encontramos solemos estar juntos y compartimos esos buenos ratos de compañía.
Después de los saludos previos y demás, me dirijo a mi asiento habitual, desde donde los voy viendo casi a todos por su parte de atrás o mejor dicho por sus coronillas.
Cuando ese que nos ilumina todos los días empezó a desperezarse, despertarse o asomarse mas bien dicho por el horizonte en el sentido de la marcha que llevábamos, le saludé con mi forma habitual como suelo hacer todos los días cuando me levanto para verlo.
Su brillo era especial, radiante y esplendoroso, pues el cielo estaba despejado, me pongo a pensar como suelo hacer otros muchos días y los recuerdos que afloran a mi mente, hacen que se me caigan un par de lágrimas, que seco con mi pañuelo.
Pues uno de nuestros guías o ese caballero de la triste figura, empieza el reparto de churros calentitos y chupito de aguardiente, sería porque yo venía el último, pero el caso es que el reparto como en el reino de los cielos empezó por mí y siguió marcha atrás hasta llegar al primero (aunque casi siempre suelen hacerlo así).
Yo a decir verdad no le encuentro una explicación lógica o quizás sí, a lo mejor es porque los pongan en esos asientos últimos o que quedan libres.
Al llegar a la capital de Ávila, ese que nos iba iluminando, desaparece, porque los angelitos celestiales como yo los llamo o nubes, se interponen entre Nuestro Padre Sol y nosotros.
En la lejanía o en las barrigas de Nuestra Madre Tierra o esas formas redondeadas, o picudas con forma de mama o tetas unas veces y otras con forma de mujer embarazada, empezamos a ver los primeros espermas de los angelitos celestiales o nieve como la conoce todo el mundo.
A la altura de San Rafael o en la sierra de Guadarrama un poco antes de llegar al túnel, se divisaba bastante y una vez pasado este, me da por mirar a la cima del Mundo o donde está esa bola que le da nombre a este pico que debe ser el más alto y estaba todo blanco, un poco mas abajo o al finalizar el puerto alguien trasmitió una mala noticia un compañero de trabajo se le había olvidado seguir respirando o ha pasado a dormir el sueño eterno, el Sol, nos vuelve a iluminar esplendorosamente con su rayos luminosos y ya no nos abandonaría durante el resto del día.
Una vez llegados a la capital del reino a la altura del Museo del Prado por Castellana, había una manifestación de pensionistas, según ponía en un cartel promovida por uno de los sindicatos de este país según un cartel para las doce de esa mañana en Atocha.
A decir de nuestro responsable o presidente de la asociación, deberíamos habernos unido a ella, pero yo no me quedé porque hasta el día 26 del mes que viene, no soy oficialmente pensionista porque es cuando debía cumplir los 65, aunque realmente los que cumpliré serán 23, por eso de que les día la vuelta cuando tenía 62 y ahora voy descontando o marcha atrás como los cangrejos.
Algunos se bajaron en este lugar bien para ir al Museo o porque les convino y el resto seguimos hacia Plaza España, donde hubimos de bajar todos los que quedábamos en el autocar.
En el autocar y antes de que nadie se bajara nos daban un lugar de encuentro, el mismo era donde íbamos a comer: en Gran Vía junto o cercano a Plaza España en un lugar llamado o conocido como el Museo del Jamón.
Cada uno se perdió por donde quiso, con quien le dio la gana y así nos fuimos todos desgranando poco a poco en pequeños grupos.
Nosotros nos quedamos solo cinco, o sea mis dos buenos amigos, sus dos compañeras y yo, recorrimos Gran Vía y pasada la Plaza de Callao, o también podríamos decir del silencio por bautizarla de otra manera, por una de las siguientes calles, fuimos a dar a la Puerta del Sol y allí estaba ella.
L@s compañer@s querían comprar lotería para Navidad, pero Doña Manolita, tenía una cola mas larga que esa del pobre Motumba, un africano que se la tuvo que cortar para poder casarse con la hija de alguien importante, al cual no quería por ser de esta condición y le dijo a su hija que tenía que medirle por lo menos un metro y el pobre Motumba tuvo que cortarse los muchos centímetros que aún le sobraban para dar gusto a su suegro o mejor dicho a su hija.
Bueno pues la cola que había para comprar en Doña Manolita un décimo para Navidad, medía metros y metros y más metros, así que nos fuimos a otra que conocíamos junto a casa Soria, un restaurante donde hemos comido otras veces que hemos venido y allí cogieron dos décimos uno por pareja, yo como iba desparejado no compré, alegando que ya había comprado uno en mi pueblo, o ese que me vio crecer y desarrollar y que empieza por Z.
Se lo enseñe y dio la casualidad de que si a mí me toca el Gordo, a ellos le va a tocar el reintegro, porque acaban en lo mismo, según me confirmo una Ángela que iba con nosotros no os pongo los números ni la terminación para que la gente no lo sepa.
Después entramos en La Taurina, un restaurante, donde sirven cañas y unos pinchos, en banderillas y algunos con estoque, muy bien presentados y rodeados de toros o mejor dicho de cabezas de estos disecadas, por lo que se me ocurre pensar que los cuernos estaban a la orden del día.
Después volvimos a Sol íbamos viendo toda esa gente bohemia que representa cada uno que se dedica a eso, bien porque no tenga otro medio de vida, porque le guste, o porque se vea obligado, o porque gané mas que si lo hace de otra manera y a lo mejor no declara y tampoco paga impuestos.
De ahí nos dirigimos a la Menorquina a comprar unos caramelos violetas y también lágrimas o por llamarlos de otra manera diamantes, porque se me asemejan a estos (aunque yo nunca he tenido o comprado uno) solo tengo un hijo que para mi vale más caro que el mas caro que haya por ponerle un precio.
Luego nos dirigimos para ver la Plaza Mayor, seguimos encontrando más gente bohemia o pidepelas como se decía antes, que ahora habrá que llamarlos pideeuros o pidecent por ponerlos algún nombre o identificarlos de alguna manera.
Y llegados a su plaza donde había más gente de ésta, algún cómico, otros tocando música con copas o vasos en diversos niveles a los que solían arrancar un sonido agradable, que me recordaban algunas canciones de época, nos encontramos a Felipe III en el cetro de la misma y subido en un caballo.
Regresamos otra vez a Sol entrando por su puerta y allí nos encontramos a Carlos III también subido en su caballo, a decir de muchos “el mejor alcalde de Madrid y encima Rey.
Un poco más arriba, un oso y un madroño, símbolo de ese escudo del Atlético de Madrid o de los sufridores como muchos los llaman.
Se iba llegando la hora de comida, así que nos dirigimos al restaurante, las mesas que quedaban libres eran de cuatro, porque las de seis ya estaban ocupadas, así como íbamos cinco, nos tuvimos que sentar tres en una y dos en otra a la que se sumaron otros dos.
Aunque estaban una junto a la otra, donde nos quedamos los tres solos tuvimos más ventajas que los demás, quiero decir que tocábamos a casi más de todo, sobre todo en el jamón que pusieron un plato para cuatro y nos lo comimos solo entre tres, porque los otros fueron individuales.
De primero sirvieron un arroz caldoso con pescado y alguna gamba, muy rico y de segundo una merluza en salsa con chirlas o almejas blancas, aunque a mi se me ocurrió llamarlas almejas de quinceña, porque venían sin abrir o sin desvirgar, en mi plato concretamente venían seis, que tuve que ir desvirgando una por una, para poder comerle el bichito que tenían dentro, a los demás solo le echaban como mucho una que yo creo no se molestaron ni en desvirgar o abrir por lo que irían a la basura.
De postre nos trajeron un bombón helado y a mi me tocaron dos porque uno me lo regaló esa Ángela que os he mencionado antes.
Después tomamos café, cada uno eligió el sitio que quiso y a las cinco el autocar nos recogía en Plaza España para llevarnos al teatro Alcalá para ver Campanadas de Boda, aunque no de la mía precisamente, casi seguro que me adjudican un novio, porque en el teatro a mi lado estaba sentado un compañero, ya me lo han hecho en otra ocasión, así que al final voy a tener que hacerme maricón.
Hay que ver el revuelo que algunos preparan para casarse y eso que solo eran once los actores en escena, cinco del sexo M y seis del sexo F, el caso es que hubo hasta bodas por videoconferencia con la India, bodas normales como las de antes y boda de homosexuales, en fin una obra destornillante en la que te hacen participe y te adornan con tocados o pamelas, a mi me dieron una pamela con flores que luego me cambiaron por un tocado y a mi compañero le dieron una pamela, como ya se por donde van a ir los tiros cuando lo cuelguen en red, sé que nos van a convertir en pareja, por eso me adelanto a ponerlo antes de que lo cuelguen para que sepáis que no me va a pillar de sorpresa.
Pero yo no tengo sentido del ridículo, así que le den por culo al culo si lo que quieren hacer es eso, porque Dios cuando hizo tanto al hombre como a la mujer dejó dicho y sino lo digo yo ahora en su nombre “El culo, lo he hecho para que salga la mierda y no para que os deis por él”
Al finalizar la misma regreso a este Paraíso nuestro, donde al bajar del autocar se me acercó una dama desconocida para preguntarme si estaba bebido o si tenía coche, le dije que ni lo uno ni lo otro, me preguntó que si era de aquí y le contesté que sí.
Desde este séptimo cielo en el que vivo, donde os he desvelado otras cosas de mis queridos compañeros a los que aprecio y respeto igual que lo hacia cuando tuve esa gran suerte de trabajar con ellos en esa gran o pequeña familia que era caja Duero o Banco Ceiss en actualidad y mañana posiblemente Unicaja o una gran Caja socialista que no sinvergüenza en la que espero que mis paisanos y mucha más gente de este país podamos seguir confiando por el bien de todos.
Managuper.