176 De todo un poco
Me toca empezar de nuevo.
Cuando ya tenía escrito algo mas de una página de lo que tenía pensando contaros, se me ha perdido, por no darle a guardar, pero como todavía tengo las ideas frescas de lo que he ido escribiendo, vuelvo a comenzar.
Hoy no sabía como empezar a rellenar estas páginas que normalmente me suelo encontrar siempre en blanco, como si fuera simpatizante del Real Madrid, porque las ideas se me han ido amontonando en mi mente y todavía no tengo pensando ni el titulo ni casi por donde empezar.
Así que lo mejor será que empiece desde el principio, o de cuando fui consciente de que anoche me acosté y esta mañana, me desperté.
Esta noche he dormido un poco mas de lo habitual, quiero decir que si normalmente suelo dormir entre dos y cuatro horas aproximadamente, hoy lo habré hecho entre unas cinco o un cuarto de hora más quizás.
Me acosté sobre las doce y cuarto, hora que miré por última vez el reloj de mi muñeca y sobre las cinco y media fui consciente de la hora que era, puse mis ideas en orden e hice esos ejercicios que suelo hacer en estado casi de semiinconsciencia o medio dormido un poco todavía, los cuales me llevan casi una hora.
Una hora más tarde desayuné, saqué el pan del frigorífico, para que se fuera poniendo a temperatura ambiente para la hora de comer e hice otras cosas.
Me volví a acostar de nuevo, aunque ya sin sueño, y a las ocho y cuarto veo que ese que nos ilumina casi todos los días, empieza a colarse por la ventana de mi habitación, así que decido levantarme e ir a la habitación que le teníamos adjudicada a mi hijo cuando era pequeño.
Esta habitación o su ventana en esta época se encuentran ubicadas a saliente, por tanto desde que sale y hasta una hora después más o menos da el sol plenamente.
Aproveché para afeitarme con mi maquinilla eléctrica, mientras dejaba que el sol calentara mis huesos.
Cuando sus rayos dejaron de iluminarme, me puse a hacer otros menesteres, como limpieza, cama y otros, al tiempo que también preparaba mi mochila con los enseres necesarios para ir al sitio de mi recreo, o esa piscina, donde suelo ir a relajarme o bañarme casi todos los días.
A las diez menos cuarto me encaminé hacia allí porque entrada a la misma, suele ser un cuarto de hora antes del baño, para que te dé tiempo a cambiarte y demás.
A las diez y cuarto, comenzó el baño, en la calle que me situé, no había nadie más y cuando sonó sirena me tiré al agua.
Llevaría hechos tres anchos, o iniciando el cuarto más o menos, porque al darme vuelta para iniciar el quinto, me di cuenta que una persona venía de tras de mí, era del sexo opuesto, porque tenía un gorro rosita y bañador de cuerpo entero, esto lo observé cuando me crucé con ella.
Debíamos estar nadando casi al mismo ritmo o a la misma intensidad, porque las distancias más o menos se mantenían entre ambos, pero hubo un momento que se me acercó tanto que estuvo a punto casi de adelantarme,
Esto me motivó y me sirvió para que esforzará un poco más mi ritmo y puse un poco de agua por medio, así que en una vuelta determinada que previamente pensé la adelanté, fue en vuelta 26, exactamente o a mitad de carrera, porque me hice 52, normalmente y casi sin hacer esfuerzo, suelo llegar a 49 y en la 50 o cuando voy por la mitad de esta me suena la sirena.
Yo no trato de competir con nadie, porque se que hay muchos que casi me duplican y mientras yo doy dos vueltas, ellos suelen dar tres, pero hoy me fastidiaba que una mujer tratara de adelantarme.
Y me pico un poco el amor propio, a lo mejor ella no trató ni de competir siquiera.
Solo fue para relajarse y disfrutar del baño como yo suelo hacer mayoría de los días y sobre todo cuando veo, que mis posibilidades de intentar adelantar son nulas o escasas.
Cuando esto sucede me descubro ante esas personas y pienso: “me gustaría saber nadar como tú”, una envidia sana y sin maldad.
Pero yo no he tenido profesores que me enseñaran a nadar y aparte que he comenzado un poco tarde, pues cuando he empezado a practicar este deporte, ya tenía sesenta años.
Solo un amigo me enseño a flotar en el río, cuando íbamos los veranos y teníamos menos años que ahora y me demostró que sin mover un solo un músculo de su cuerpo se podía flotar.
De esta manera aprendí a perderle el miedo y el respeto al agua, porque pensé si él lo puede hacer que esta hecho de la misma materia que yo, o sea de carne y hueso, yo también lo puedo hacer.
Solo tienes que mantenerte lo más horizontal que puedas en la superficie del agua y os puedo garantizar que se puede dormir hasta la siesta encima de ella, sin mover un solo músculo, nada más hace falta tener serenidad.
En alguna ocasión que me he visto comprometido cuando me he bañado en el mar, con bandera roja, solo he hecho eso, o sea tumbarme panza arriba y dejar que fueran las olas las encargadas de sacarme a la orilla, o sea que no he intentado en ningún momento luchar contra ellas, porque era consciente de que me podían derrotar.
El caso es que cuando iba por la vuelta 52, me quedé relajando un rato esperando que mi contrincante de esta mañana llegara a donde yo me encontraba, cruzamos nuestras miradas y no nos dijimos nada.
Indudablemente que era más joven y más guapa que yo, por lo que debería haberla dejado que me adelantara.
Después del baño, me paré a tomar un café en uno de mis lugares de costumbre, se lo pedí al dueño con la leche bien caliente, a ser posible con llama, así se lo dije y así me lo puso, porque encima me lo puso en vaso, así que no podía ni casi agarrarlo, pero me gusta tomarlo a pequeños sorbos y que me duré caliente desde el primer sorbo hasta el último,(las mujeres también me gustan así, quiero decir calientes, mejor que no frías, porque para fría ya tuve a mi ex)
Como no estaban mis amigos habituales, me puse a hojear el periódico (quiero decir pasar las hojas) y también me paré para ojear alguno de sus artículos o leer sus titulares.
Dicho periódico era el País, aunque el que suelo leer habitualmente es la Gaceta Regional , para enterarme de que pasa en la capital y también en la provincia, pero esta estaba ocupada.
Una de las noticias que venía en el mismo, era que los caballeros del PSOE (entiéndase: partido de sinvergüenzas por orden de escala) o sea los señores Rubalcába, Felipe Gonzalez (o el morritos como yo lo llamo) aparte del señor Gruñon o ese que fue Presidente de Andalucía y que se conoce más bien con el nombre de Grinón y que se vio obligado a dimitir por lo de los Eres, o el Bandolero más famoso de este país Zapatero, al que dejó en ruinas y con cinco millones y pico de parados ,Carme Chacón, Guerra (el Víbora) o Chaves (el señorito andaluz), se quieren volver a reunir para tratar de reunificar el partido y volver al poder, porque ven a los pobres muy desamparados.
¿Y me pregunto yo?
¿Pero es que hicieron ustedes algo por ellos en el tiempo que estuvieron en el poder?
Porque solo se preocuparon, de maricas, transexuales, travestidos, lesbianas, etarras y presos con delitos de sangre a los que pusieron o sacaron de las cárceles a cambio de les votaran.
¿Y con todos esos antecedentes quieren ustedes volver a gobernar esta nación?
Dejen que sean otras personas mas honradas las que nos gobiernen, como podrían ser el Príncipe Felipe, siempre que el rey abdicara en su favor, un tal Revilla, Presidente de Cantabria, un tal Monago, Presidente de Extremadura, o un tal Ibarra que también fue presidente de esta misma región y váyanse ustedes con viento fresco a tomar por culo, que no queremos que nos sigan gobernando, porque lo que han hecho ustedes, ha sido arruinar empresas, joder puestos de trabajo y llenar el país de gentes de mal vivir, que trafican con drogas libremente y arruinan la vida de muchas familias y ese poder se lo dio usted, a esos de esa raza gitana, cuando nombró diputado a uno de ellos, que creo recordar se llamaba Beltrán, que no se quieren integrar en esta sociedad a los que deberían haber echado de esté país.
Miren ustedes, yo estuve casado con una de esa raza por tanto los conozco casi también como ustedes o mejor, por tanto no los discrimino, porque a pesar de fue ella quien se separó de mí y se ha marchado a vivir con otro, aún la sigo ayudando porque me casé con ella por ayudarla.
Espero en breve, tener que dejar de pasarle la pensión y que la mantenga, esa persona con quien vive.
Creo que ya la he ayudado bastante, porque durante veinte años de matrimonio, donde no la privé de nada y cinco más que hace que estoy separado, la he estado ayudando.
Por tanto considero, que si tengo que ayudar a alguien es a mi hijo, el cual se ha tenido que marchar de este país, cuando terminó sus estudios de periodismo, porque aquí no encontró trabajo y aunque no esté trabajando en lo suyo, ha ido para perfeccionar un idioma que se está costeando con el sudor de su trabajo y lo poco que yo le puedo ayudar.
Espero que esa justicia, tan injusta que hay en este país, algún día me de la razón y se ponga de mi parte, o lo mismo tengo que recurrir al Tribunal Constitucional, sino lo puedo arreglar de otra manera.
Porque ahora que ya no tiene que mantener a mi hijo (aunque lo teníamos compartido y estaba de lunes a viernes al mediodía con ella y de viernes de noche a domingo noche conmigo) y que a mi me dejo en el más absoluto de los abandonos.
Espero que el acuerdo que firmamos cuando nos separamos, lo pueda romper, al estar posiblemente trabajando, viviendo con otro que es funcionario y percibiendo el 50% de mi pensión y más ahora que ya me he jubilado y que cobro menos de lo que cobraba.
Y con este relato que es más real casi de lo que está escrito, me despido hasta una próxima o hasta mañana.
Donde seguiré haciendo más denuncias o escribiendo más chorradas, porque de momento ese es el titulo que le tengo puesto.
Desde el séptimo cielo, donde normalmente habito un cordial saludo para mis más fieles seguidores.
Managuper.
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