178 más cosas de mi amigo Santiago
Como casi todos los años por estas fechas cuando bajo a los Santos o a recoger aceitunas, o bien por Semana Santa, que son los dos veces que suelo ir a ese pueblo llamado Zorita y perteneciente a la provincia de Cáceres y que me vio desarrollar y crecer y de los que he dicho que si el reino de los cielos existe, seremos los primeros en entrar en él, por eso de que dicen que los últimos serán los primeros en dicho reino.
Así que cuando llamen a los zoriteñ@s a filas, porque nuestro pueblo pertenece a esa última letra del abecedario, yo me uniré a ellos y seré uno más de esa buena gente de dicho pueblo.
Bueno dejando esto a un lado, quiero decir que mi amigo Santiago, siempre que voy a verle tiene algo para darme y en esta ocasión me ha dado tres poesías que os voy a incorporar a continuación de esta introducción, aunque el día antes de venirme, me recrimino una cosa, con respecto a algo que publique, También me dijo, que yo tenía mas peligro que una caja de bombas, a lo que yo le contesté, que no era tan peligroso, que a lo máximo que llegaba era si acaso a ser una caja de mixtos, que solo hacen que pegar pequeños sustos.
Como ves el peligro lo sigues teniendo, porque soy amigo tuyo y de tu familia y porque te aprecio un montón, pero esto te pasa por haberme preguntado algo que no debías.
Fallos los cometemos todos y yo no estoy libre tampoco de cometer errores.
Hay algunos que han tratado de dar la vuelta a este mundo y ponerlo de al revés, espero que el día menos pensado cuando giremos y nos pongamos boca abajo, todos esos que piensan así, se caigan de él y vayan a parar al inmenso espacio y den vueltas sin parar hasta que se estrellen con otra galaxia.
Tú y yo nos quedaremos en este planeta o en esta bendita tierra, porque así lo queremos los dos. Así que no tienes nada que temer.
Os dejo con sus tres poesías que a mi personalmente me encantan, al igual que las que ya os he incorporado de él, en mi blogger en el día 150 y que titulo cosas de mis vacaciones en Extremadura.
Así que os las transcribo tal y cual me las ha dado. Si detectáis algún pequeño fallo, no es culpa mía, es culpa del ordenador que al iniciar un nuevo renglón me lo empieza siempre con mayúsculas y no sé como corregirlo (mejor dicho sé, pero no quiero hacerlo, porque tendría que ir renglón por renglón poniéndolas en minúscula, pero como lo que interesa es lo que dice, se lee lo mismo.
POR UN FELIZ ENLACE
¡Oh Dios omnipotente!
¡Que no me has olvidado!
Orgullo de la gente
Que a ti te encomendado
Señor de cielo y tierra
Autor de lo creado,
Cúspide de amor eterno
Y enemigo del infierno;
Bendice tú este día
La unión de Luis Azanza
Con mi Rosa María.
Que por encima de todas las cosas,
Se entreguen uno al otro el corazón,
Y en tropel de esperanzas venturosas,
Alimentes sus sueños de ilusión.
No permitas la lágrima en sus ojos
Ni en sus carnes lo amargo del dolor.
Que ni sus hijos ni los hijos de sus hijos
Conozcan la guerra ni el terror.
Aparta mi señor omnipotente,
La avaricia y la envidia de su mente.
Que ni los celos absurdos ni el rencor
Destrocen el milagro de su amor.
Que defiendan cogidos de la mano
Al humilde, al pisado, al marginado
Y a tu hijo que salvo el género humano
Dejándose matar crucificado.
Y si tú lo ves bien Dios verdadero,
Confío en que allá desde tu cielo,
Mi tiempo has de hacer más llevadero
Dándome la alegría de ser abuelo.
Por último, creador de todo bien,
Tú que eres generoso y clemente,
Resérvanos un sitio allá en tu edén
A todos los que aquí estamos presentes.
Enlace de Luis y Rosa.
Santiago Sanz Rubio
Hoy me levante temprano
Para regar mi rosal
Y me acordé de mi madre
Que en el cementerio está
Pensé en un ramo de rosas
Para su tumba adornar
Como suele hacer la gente
Cuando al cementerio va
Tal vez fue una rosa blanca
La que me hizo pensar
En lo bien que están las rosas
Unidas a su rosal.
Se parecen a los hijos
Cuando con su madre están.
Unida a sus verde rama
A otro lado del rosal
Se hallaba una hermosa rosa
Que me dijo, sin hablar
¿Para que me das el agua
Si me tienes que cortar?
Con la voz casi apagada
La dije sin respirar.
Te llamas como mi madre
Cómo te voy a cortar.
Por eso yo ya no quiero
En fiestas y funerales
Ver coronas ni floreros
Con más rosas naturales
Y de ahora en adelante
Cuando riegue mi rosal
Me acordaré de mi madre
Que en el cementerio está.
Aquellos sabios consejos,
Su cariño, su bondad
Y el mimo que me prestaba
Cuando me enseñaba a andar.
Esa carne de mi madre
Era vida de mi vida
Sin ella tengo una herida
Que nadie puede curarme.
Santiago Sanz
Despierta la mañana dolorida
Curándose la herida de la guerra.
Cubierta de sangre está la tierra
De aquellos que pagaron con su vida.
Ese campo de batalla tan reñida
De sudor y de sangre se alimenta
Ha cambiado las flores y la vida
Por un fétido cieno que revienta.
Alimentados de honor y de victoria
Todos fueron soñando con la gloria
Pero todos corrieron igual suerte
Victoriosa quedó solo la muerte.
Santiago Sanz Rubio
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