viernes, 15 de noviembre de 2013

181 UN POCO DE MELANCOLÍA, DE MARCHA Y OTRAS COSAS

181 Un poco de melancolía, de marcha y otras cosas

Difícil empezar relato como casi todos los días cuando abro éstas páginas en blanco y casi siempre me hago una misma pregunta ¿Cómo empiezo? O ¿Qué relato?, pero una vez que me siento y abro éstas, mis ideas o pensamientos se empiezan a aclarar y surgen como casi todas las cosas o sea de la nada., o como esas nubecillas a las que yo suelo llamar ángeles celestiales que aparecen en el cielo o por cima de nuestras cabezas por arte de magia y nos impiden ver ese cielo de color azul limpio e intenso que siempre ese que nos ilumina, nos muestra en todo su esplendor.

O quizás también surjan como esas setas que aparecen ahora en otoño y que son flor de poco más de una semana.

Los pensamientos, surgen igual que surgen las nubes, las setas, las rosas, l@s hij@s, la hierba, las plantas, los árboles, las viviendas u otras muchas cosas.

No me preguntéis a mí ¿por qué?, porque a lo mejor no soy el más idóneo para daros una respuesta adecuada, solo sé que sucede de esta manera.

Preguntádselo a ese que nos ilumina con sus rayos solares todos los días, y que yo quiero pensar o creer que es el Creador de todo lo que nos rodea o nuestro Padre Celestial o Universal, o también podéis preguntárselo a nuestra Madre Tierra, a la que considero que es su fiel esposa, que nos crea o nos destruye, que nos alimenta, que nos calza y que nos viste, que nos cobija, que nos deja ser felices o infelices, que unas veces nos hace reír y otras llorar y todo lo demás que le queráis atribuir tanto a uno como a otra.

Bueno ya vale de melancolía, porque sino me voy a poner a llorar como si fuera un niño de teta y no tengo quien me pueda consolar, pues ya sabéis que vivo en séptimo cielo, donde solo me acompañan  este ordenador desde el que os escribo, una buena música de Vangelis, unos muñecos, ositos, ranas, tortugas, perros, dinosaurios, un tigre, un Mickey Mouse y otros pocos más, todos ellos de peluche, con los que jugó mi hijo, unos regalo de los abuelos, otros de los tíos o primos,  de los padres o amigos, algunas fotos de mi familia. Una mesilla, tres sillas, un par de camas y poco más.

Y una vez que os he relatado de esa compañía tan agradable de la que disfruto, voy a contaros un poco de lo de ayer, ¿Donde estuve?, ¿Qué hice? O ¿Con quien compartí el día?

Como yo sé que los pocos habituales que tengo o seguidores, son más bien escasos pero curiosos. Os lo voy a contar, para que sepáis como ha transcurrido dicho día de mi vida.

A las dos de madrugada de dicho día, desperté o abrí mis ojos por primera vez después de haber dormido una hora y media o poco más, tiempo más que suficiente para descansar.

No me levanté o si lo hice fue solo para hacer un pis, me puse a pensar y a poner mis ideas o pensamientos en orden como suelo hacer casi todos los días y fui archivando cada idea que me surgía en su neurona o archivo correspondiente, puede que algunas queden ahí archivadas para siempre y no lleguen a ver nunca la luz, porque se me olvide que las tengo ahí archivadas o guardadas.

Con lo que quiero deciros, que yo no soy un tío desordenado, porque me gusta que cada cosa ocupe su lugar y que cada cosa esté en su sitio, porque sino mi cabeza sería un desastre, por tanto esta es la primer y única regla que suelo y debo cumplir para que esto no suceda.

Después de haber hecho esto hubo un momento de relax y descanso y me puse a hacer mis ejercicios de respiración más o menos lenta, para que mi cerebro se fuera oxigenando y fuera siendo consciente de que empezábamos un nuevo día.

A las cuatro di la luz para ver que hora era y ya una vez encendida, me puse a leer unas páginas del libro que estoy leyendo, del cual no os quiero poner el título ni el autor para no hacerle publicidad gratuita, solo os diré que me está gustando y que ha sido llevado a la gran pantalla y con esto ya os vale.

A las seis mas o menos dejé de leer, por tanto ya era hora del desayuno, no tengo que calentar ni hacer nada, porque desayuno en frío y tampoco me suelo sentar, así que en cinco minutos lo tengo todo solucionado y encima sin manchar ningún cacharro, a lo máximo un cuchillo que suelo enjuagar debajo del grifo.

Es que como no tengo quien me haga las cosas me he vuelto muy práctico y ensucio todo lo menos que puedo para tener que trabajar todo lo menos posible.

Así como en las comidas, las cenas y otras cosas o menesteres que hago y os puedo garantizar que tengo la casa más limpia y ordenada, que el 99.99% de los hogares de este país, aunque a todo hay quien gana siempre, por eso dejo ese 0,01 de ventaja para es@s que vayan por delante.

Dicen que no es más limpio, quien más limpia, sino quien menos ensucia y yo soy de estos últimos.

También dicen que el trabajo es algo que no puede ser nada bueno puesto que te pagan por ello o por hacerlo, pero Mao Tse Tung, dejó dicho a su pueblo o a ese que gobernó, que el trabajo les dignificaba, quizás por eso los chinitos son trabajadores.

Claro que estos pensamientos normalmente los tienen los vagos, los parásitos o esos que no quieren pegar un palo al agua o viven o quieren vivir a costa de los demás.

Me voy a dejar de filosofías y voy a seguir por donde me había quedado, así que después del desayuno, me tumbé para reposar el mismo y a las siete menos cuarto sonó el despertador.

Hora de la ducha, de afeitarse y de dejar todo en perfecto orden, como la cama bien hecha, la ropa sucia recogida y demás.

A las ocho menos cuarto iba camino del lugar donde íbamos a partir para encontrarme con mis compañeros de marcha o antiguos compañeros de trabajo.

Ya estaban todos allí unos subidos al autocar y otros todavía abajo, a mí me gusta ser puntual, pues no me gusta ni que me esperen ni tampoco esperar, así que a la hora citada o un minuto antes de la misma estaba allí.

Como me gusta sentarme siempre en el último asiento, porque desde allí los voy controlando a todos y veo como clarean sus calvas o canas, pues no tengo problema de asiento, porque los hay que quieren ir siempre en primera fila, será para irlo viendo todo.

Claro no se dan cuenta que el que mejor visión tiene de todo casi siempre es el último, porque está viendo a todos los que tiene por delante,  ellos para poder verme a mí, tienen que torcer su cabeza y les puede producir hasta tortícolis o a lo mejor no me ven porque estoy escondido o vaya usted a saber.

Tampoco se dan cuenta que en caso de accidente frontal los primeros en estrellarse son ellos, yo solo corro peligro en el caso de que alguien nos quiera dar por detrás o sea por culo, pero nada más y a lo mejor en ese caso pues hasta me dejo.

Paramos para comprar pan los que habitualmente llevan para hacerse un bocadillo y un poco más tarde para tomar café, Yo ni compré pan ni tampoco tomé café, pues ya me había tomado en autocar un churro y dos chupitos de aguardientes o esencia de Cristo.

Llegados al punto de partida de marcha, los que necesitan llevar calzado distinto del habitual o no quieren ir preparados ya de casa hicieron sus cambios respectivos y emprendimos marcha a pie como por un sendero que nos llevo a un camino forestal, el cual nos iba ofreciendo madroños a un lado de uno y otro del mismo, digo yo que no estaríamos muy lejos de ese pueblo conocido con el nombre de Madroñal y que se encuentra por esa zona.

Al final de este camino y en lo alto de su cima o coronación de esta montaña, nos encontramos un pueblo llamador Molinillo, donde paramos para comer el bocadillo, aprovechando que ambos riman porque acaban en lo mismo.
Después de esto emprendemos marcha de nuevo y empezamos a descender por otro camino forestal, aunque cuatro o seis, siguieron carretera adelante para ir a encontrarse con autocar unos cuatro o cinco kilómetros mas adelante.

Las vistas eran maravillosas tanto a izquierda como a derecha, de frente o atrás, el paisaje envolvente y acogedor, con deciros, que se me ocurrió levantar las manos y con la punta de las yemas de mis dedos ambas manos, llegué a tocar el cielo.

De esto no se dio cuenta nadie de los que iba, porque yo era el último como casi siempre, solo me vio el  sol que ese día tenía un brillo especial y las plantas que había a mi alrededor.

Después de bajar durante un buen rato y de llegar a un puente que salva a un río o regato afluente del Alagón, empezamos a subir y subir hasta llegar a un punto desde donde se divisan un montón de pueblos que están orientados a esta vertiente, solo reconocí uno de ellos, los otros aunque me dijeron los que eran, no coincidían con los que yo tenía mas o menos pensados, esto nos lo dijo un compañero que es de esta zona aunque no me dejó muy convencido.

La Peña de Francia también se divisaba perfectamente, seguimos andando hasta llegar a otro pueblo llamado Pineda, el cual ya no se encontraba muy lejos de este punto y mas o menos a unos quince kilómetros desde el punto donde habíamos partido, allí no estaba esperando el autocar.

Pasamos por su plaza y nos encontramos un reloj o sea el de su Ayuntamiento con la esfera al revés, mas o menos las doce donde las seis y las seis donde las doce, porque sus agujas aunque la esfera de este estuviera al revés tampoco marcaban el tiempo correcto, por tanto se me ocurrió pensar que estaría estropeado.

No pudimos tomar ni una cerveza para refrescar en el bar o bien porque no nos esperaban o porque no sabrían que íbamos, lo mismo el dueño se había tomado el día libre, o estaba haciendo otras labores, como recoger castañas, atender el ganado o las tierras.

Claro esto nos pasa por ir de incógnito.

Así que nos subimos al autocar, después de que se cambiaran, ropas y de calzados esos que necesitan llevar dos trajes y dos pares de botas o de zapatos.

De marcha atrás, aunque el autocar iba marcha adelante, paramos en el pueblo de Cepeda para tomar esa cervecita que nos apetecía a la que nos invitó el compañero de la zona.

Nos dirigimos al lugar donde nuestro organizador había concertado comida, este lugar era Santibáñez de la Sierra, en esta zona casi todos los pueblos pertenecen o son de la sierra, digo yo que será porque estén en ella o porque sean suyos.

Nos habían puesto o situado en dos mesas alargadas juntando varias de estas, una en parte derecha del comedor y otra en su parte izquierda.

Cada uno ocupo el sitio que quiso, los habituales con sus habituales y los que no pues con quien nos tocó, así que a mí me toco en un sitio en el que frente a mí se encontraba un compañero al que llaman el Doctor Infierno, no sé si el sabe que lo llaman así, por tanto puedo decir que el Diablo compartió mesa y mantel conmigo, aunque ya la habíamos compartido en otra ocasión en un Restaurante de Mogarraz, casi siempre lo tengo de frente o enfrentado (mejor porque así lo tengo vigilado y no puede realizar ninguna diablura).

A mi derecha o presidiendo la mesa, se encontraba mi compañero de asiento a quien tengo que ceder siempre el central para que pueda estirar sus largas piernas o patas por el pasillo, al que yo llamo cariñosamente FranKenstein, porque se me da un aire a él y podría interpretar el papel perfectamente, ya que es así de grandón y destartalado, solo hay que robotizarlo, pegarle unos tornillos simularle un costurón y ya está.

A mi izquierda estaba situado otro al que llamo el Papá Clemente, porque supongo que será papá de sus hij@s y frente a este mi amigo Fernán a su derecha el Matí y mas allá el Rey Pasmao y otros  a los que no tengo identificados por sus motes, aunque seguro que alguien se los ha puesto.

Dejando aun lado a estos personajes, que todos son compañeros míos y amigos míos, aunque a lo mejor siempre hay alguno con el rozas menos, porque no se presta a ello.

Hablemos un poco del menú, porque a decir verdad, nos pusieron hasta dejarlo de sobra y bastante exquisito a decir verdad, mira que yo considero queme hago platos muy ricos y muy sencillos, pues estos me recordaban a los que mi madre solía preparar.

De entrada unas patatas meneas con patatas de la huerta y pimentón de la Vera, acompañadas de unos torreznitos de ibérico, que casi con eso ya bastaba, por la cantidad que pusieron en cuenco de barro y bien calentitas.

Luego en otro cacharro de barro una chanfaina, con cominos, callos de cordero, sangre, arroz y algo más que no recuerdo si eran pies o manitas de cordero, el caso es que también estaba buenísima, de esta pusieron una para cada cuatro.

En otro cuenco de cristal, una ensalada con lechuga, y tomate, para acompañar a lo que venía detrás, unas bandejas de acero inoxidable con tostón frito al ajillo y en otra bandeja similar o igual que la anterior unos trozos de pluma de cerdo, con un buen trozo para cada uno (que yo ya no pude comer).

Todo ello regado con vino de la zona, posiblemente de las bodegas Tiriñuelo que hay en San Esteban de la Sierra, que se encuentra casi al lado o muy cerquita de Santibáñez no puedo poner la marca ni confirmar si era de esta cooperativa, porque lo servían a granel o mejor dicho en jarra de barro.

Después vino el postre, postres caseros, elaborados por l@s artitas que haya en la cocina, unos flanes de huevo que como mínimo contenían ½ litro de leche cada uno con sus dos o tres nuevos correspondientes por persona, su azúcar y demás.

También había un mus de cabra, del que yo probé media cucharada y me recordó al requesón que hacía mi madre, muy fino, rico y suave que hacia con la leche de éstas.

Después vinieron los cafés y los chupitos y para aquellos que todavía le cupieran más cosas, perronillas y mantecados, de las cuales también desistí, porque una cosa es comer para vivir, y otra cosa bien distinta vivir para comer, aunque cada vez parece que hay más gente de esta última.

No me extraña que muchos estén gordos, orondos y lirondos o hermosos por llamarlos de otra manera distinta sin que les resulte ofensivo.

Porque ahora cualquier cosa que diga o haga uno puede resultar ofensiva, aunque yo me lo paso por el forro, pues no tengo la culpa de que las leyes estén tan mal hechas que parece que solo están echas para favorecer a vagos, maleantes, asesinos, traficantes, ladrones y sinvergüenzas y además porque también las han hecho sin mi consentimiento, por tanto no las acato.

Aunque he tenido que tragar con las que me han aplicado, aunque sé y soy consciente de que están mal aplicadas y que no soy culpable de nada.

Después de comida, los de las cartas echaron partidas, aunque me invitaron a jugar, les dije que yo las lecciones las doy de tarde en tarde, solo cuando alguien importante me reta, o se cree mejor que yo.

Regresamos a nuestros hogares, tomé un corto con mi amigo pastorcillo al que fui a visitar a su casa y luego me vino a buscar.

Hoy en visto en Caja cuadrada o rectangular, aunque a lo mejor puede que también las haya redondas, pero bueno la mía es rectangular, o en caja de noticias por no repetir lo de Mafalda, algunas de esas que se han difundido en el día de hoy.

Una de ellas decía que Madrid esta llena de mierda y que a la Botella o sea su alcaldesa cada se le estrecha más su cuello, se me ocurre pensar que solo hay que ponerle el tapón y que a lo mejor no hace falta que se lo ponga nadie, pues para eso tiene a su marido, que lo puede hacer perfectamente y que todos sabéis quien es, conocido por mi como ese famoso Bandolero llamado José María “El Tempranillo” por lo madrugador y lo famoso era, que se lo robaba a los pobres para dárselo a los ricos o no sé si me estoy equivocando y lo mismo era al revés de cómo os lo he dicho.

Esto son ocurrencias mías y de nadie más.

También he visto eso de la ley Parot, esa ley tan bien hecha que no me extraña, que los que salían se fueran riendo, de todo el mundo, personas condenad@s a trescientos y pico años de cárcel por delitos de sangre cometidos y que a lo mejor solo han pasado cinco, seis o diez años en la misma y ya están en total y absoluta libertad.

¿Os dais cuenta que parece que estamos viviendo en el mundo de lo absurdo?

Con razón decían esos sinvergüenzas que nos gobernaron, que como ellos estuvieran 25 años en el poder, este país no lo iba a conocer ni la madre que lo parió.

Si esto hubiera sucedido en América, posiblemente todos esos sinvergüenzas, a estas alturas estarían en las cárceles y condenados a cadena perpetua.

Pero no encontramos en España y como dice el dicho: Spain is Diferent.

Y por hoy creo que me explayado bastante.

Sed buenos portaros bien, denunciad lo que veáis que esta mal hecho, no os de miedo, pues se supone que tenemos libertad para poder decir lo que queramos, sino en los medios, por lo menos aquí y de momento en este, no nos lo pueden prohibir.

Nada de lo habéis leído puede ser real, porque carezco de pruebas para acusar a nadie, solo es producto de mi imaginación, que a lo mejor y debido a las pocas horas de sueño que duermo puede encontrase un poco cansada.

Managuper.

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